El coche autónomo avanza poco a poco hacia nosotros. Todavía queda la duda de cuánto tardaremos en verlo (hay distintas previsiones) pero de lo que muy poca gente duda es de que llegará. Y esto nos afectará en muchos aspectos.
Quizá una de las novedades a la que menos se le está prestando atención es a cómo afectará a la recaudación municipal y estatal en concepto de multas. No hay que olvidarse de que los humanos tenemos una cierta tolerancia a las normas pero nos las saltamos frecuentemente y una máquina no. Con los coches autónomos las multas desaparecerán y con ella una fuente de financiación pública. ¿Son unos ingresos importantes?
Los coches autónomos no recibirán multas
Hay una cosa que está clara: las multas con los coches autónomos desaparecerán. Del todo. Y es simplemente porque el concepto de coche autónomo (completamente autónomo) no es compatible con la idea de una multa.
Las multas existen para disuadir a los conductores de que tengan conductas que perjudican a los demás: aparcar mal, ir rápido, saltarse un semáforo... Si el coche es conducido por una máquina el responsable de una infracción no es el conductor... ¿A quien multar?
Es más, si un vehículo realiza una maniobra incorrecta la responsabilidad tampoco es del fabricante. Es un fallo no algo premeditado. El fabricante, claro está, deberá depurar su algoritmo de conducción para que no suceda esto, pero si no hay intencionalidad no puede haber una multa disuasoria por maniobra incorrecta. No tiene sentido.
Este escenario sin multas está lejos: por un lado los vehículos deben ser completamente autónomos sin modo manual; por otro todos los vehículos circulando deben ser autónomos. Pero en el periodo de transición habrá una reducción de la recaudación por multas. No solo porque no tiene sentido sancionar a una máquina sino porque, no nos engañemos, conducirán mejor que nosotros.
Los ingresos de los ayuntamientos
¿Cuánto suponen los ingresos por multas de los ayuntamientos? ¿Depende el presupuesto municipal en gran manera de estos ingresos? Muchos pueden pensar que sí, que los radares y los vigilantes de las zonas de aparcamiento regulado existen por un simple afán recaudatorio de la administración, pero si miramos las cifras no son tan significativas.
Pongamos de ejemplo el ayuntamiento de Madrid. Es el ayuntamiento más grande de España y uno de los más criticados por su supuesta política recaudatoria en multas de circulación por la gran cantidad de estacionamientos de pago, radares de velocidad y de semáforo y las zonas de exclusión para no residentes.
Pues bien, el Presupuesto para 2016 dice que el gasto será de 4.400 millones de euros (apenas un 2% más que en 2015). En 2015 el importe global de multas impuestas por el Ayuntamiento (velocidad, aparcamiento, circulación y demás sanciones) no llegó a los 200 millones de euros. Y de estos se recauda menos, porque hay descuentos por pronto pago. Es decir, estamos hablando de menos de un 5% del Presupuesto.
Que no sea muy grande no quiere decir que no tendría que compensar esta merma de ingresos. La recaudación por multas está en los Presupuestos (curioso, ya que planear lo que vas a sancionar chirría) y por tanto deberá ser sustituido por ingresos de otras partidas. ¿Quizá el impuesto de circulación (IVTM), que recauda 130 millones de euros al año? ¿O una subida de IBI, por la que recauda 1.256 millones al año? Desde luego no está claro, pero es algo asumible por el Ayuntamiento de Madrid.
Pero no nos limitemos a Madrid. Mirando al azar otros ayuntamientos vemos que las multas no son una parte significativa. Por ejemplo, en el Ayuntamiento de Gavà vemos que las multas de circulación suponen el 1% de los Presupuestos de 2016. En Málaga un 2%. En Salamanca un 1%. Y así sucesivamente.
Además hay que tener en cuenta otra cosa: los Ayuntamientos son las únicas administraciones públicas que en conjunto tienen superávit. Las restricciones impuestas al gasto y la elevación del IBI impulsada por el Estado ha hecho lo que parecía imposible y un bajón en la recaudación (que además es poco significativo) no supondrá grandes problemas.
Los ingresos del Estado
En el caso del Estado mucha gente puede pensar que es distinto a los Ayuntamientos. Las carreteras están llenas de radares y malvados agentes de tráfico que buscan cualquier excusa para sancionar. Además, "es sabido por todos", los policías encargados del tráfico tienen cuota de multas y hacen cualquier cosa por llegar a cumplir su objetivo, ¿verdad?
Lo cierto es que la recaudación del multas en las carreteras corresponde a la DGT y en 2014 ecaudó 384 millones de euros (último año con datos). Es una partida significativa de su presupuesto, que ronda los 800 millones de euros al año. Es decir, estamos ante algo bastante significativo para la DGT, un 50%. Y el otro 50% viene por tasas que seguramente no se recaudarían (¿se necesita carné de conducir y hacer un examen para ir en un coche autónomo?).
Pero pensemos bien a lo que dedica la DGT su presupuesto: la seguridad vial. Básicamente se dedican a gestión del tráfico, buscar infractores, contabilizar accidentes, realizar campañas de concientización... Pero no a construir carreteras o a mejorarlas. ¿Es todo esto necesario en un escenario de coches autónomos? Si no conducimos no hay mucho que concienciar (de hecho el coche podría no arrancar si no llevamos puesto el cinturón). Y a lo mejor con los coches autónomos no hay tráfico ya que podrían ir a gran velocidad en situaciones de mucho vehículo sin frenazos que generen atascos...
Y es más, realmente la DGT pertenece al Estado. Y los Presupuestos Generales del Estado para 2016 contemplan unos ingresos de 193.520 millones de euros. Sí, las multas suponen un 0,2% de los ingresos. Las multas son, en efecto, un error de redondeo, cualquier pequeña variación económica (desempleo, gasto de las familias) podría compensar esa recaudación por multas. Lo único que tiene que hacer el Estado es financiar directamente a la DGT para evitar que sufra un agujero.
Las multas son meramente disuasorias
Por lo visto anteriormente se puede concluir que a pesar de lo que se suele pensar las multas no son una gran parte de la recaudación de las Administraciones Públicas. Puede parecer que sí pero las cifras no mienten. De hecho llevamos una década con una disminución en las sanciones (tanto a nivel estatal como municipal) y no pasa nada. Con el coche autónomo esta reducción será total.
Y además los beneficios de los coches autónomos compensarán con creces esta pequeña disminución recaudatoria. Puede que los coches sean más caros (mayores tasas de circulación o de matriculación) para compensar, pero el impacto económico será pequeño para lo que cambiará nuestras vidas. Estos cambios, que serán muchos, mejor lo dejamos para otro día.
Imagen | rahego, Circula Seguro
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La noticia ¿Están preparados los ayuntamientos y el Estado para el mundo sin multas del coche autónomo? fue publicada originalmente en Xataka por Alejandro Nieto .
Gracias a Alejandro Nieto
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