Llega por fin al mercado el gama alta de referencia de Motorola para este 2016. El Moto Z, que cambia de apellido según el mercado, es un terminal que se coloca en lo más alto del escalafón de smartphones de Motorola.
Ese honor no le corresponde exclusivamente por precio o especificaciones técnicas sino por ser un modelo atrevido que inicia la carrera del teléfono modular por parte del gigante ahora en manos de Lenovo. En Xataka ya tenemos el análisis completo del Moto Z en el que te desvelamos qué aporta este modelo de solo 5 mm de grosor a un ecosistema repleto y donde, quizás, tener a los Mods pueda marcar las diferencias necesarias para convencerte.
Moto Z, características técnicas
¿Qué especificaciones le exiges actualmente a un terminal que quiera competir en la gama alta y por el que pidan más de 600 euros? Seguro que en la ficha técnica de este Moto Z encuentras la inmensa mayoría.
Motorola Moto Z | |
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Dimensiones físicas | 153.3 x 75.3 x 5.2 milímetros 136 gramos |
Pantalla | 5.5 pulgadas AMOLED |
Resolución | 1440p, 532 ppp |
Procesador | Snapdragon 820 Quad Core (2x2.15GHz + 2x1.6GHz) |
RAM | 4 GB |
Memoria | 32 GB + microSD (hasta 2 TB) |
Versión | Android 6.0.1 |
Conectividad | LTE Wi-Fi 802.11 a/b/g/n/ac aGPS + GLONASS Bluetooth 4.1 NFC |
Cámaras | Trasera: 13 MP // Vídeo 4K // OIS Frontal: 5 MP |
Batería | 2.600 mAh (con carga rápida TurboCharge) |
Acceso a Google Play | Sí, de serie |
Otros datos | Lector de huellas dactilares // Protección contra salpicadura |
Precio de salida | Desde 639 euros |
Ver en el Moto Z una combinación como la de un Snapdragon 820, 4 GB de RAM o 32 GB de memoria interna junto con un acabado metálico, cámara de 13 MP con OIS y un panel AMOLED de 5,5 pulgadas donde la resolución 1440p es la que manda ya no sorprende.
En el Moto Z hay que fijarse en el grosor, apenas 5 mm, pero sobre todo en el sistema modular que Motorola ha bautizado como Mods. Son diferentes añadidos que elevan la propuesta de este terminal más allá de sus simples especificaciones. Pero, ¿funcionará el conjunto?
Mételo en el bolsillo y creerás que no está ahí
Sin perder ni un ápice el aura de que estamos ante un smartphone de Motorola, poco pasa desapercibido o es aburrido en el nuevo Moto Z de Motorola. Desde el frontal, donde además del altavoz superior que tiene un considerable relieve nos encontramos una de las novedades de la cámara de fotos frontal, un flash LED, hasta la parte trasera con los conectores que tanto tienen que decir y aportar a este Moto Z, el gama alta de Motorola para este 2016.
Algo que choca bastante en el diseño del Moto Z, aunque eso va por gustos (yo soy de los que están a favor), lo encontramos en la parte inferior. Ahí queda situado el botón de inicio … bueno, no es así en realidad. Ese botón es el lector de huellas y dobla la función del botón de encendido/apagado del lateral.
Como lector de huellas resulta perfectamente implementado. La identificación es inmediata, no es un botón físico sino de tipo capacitivo y basta posar el dedo sobre él para notar una vibración que nos indica que lo hemos hecho bien. No hay que colocar el dedo de ninguna manera concreta y lo reconoce de forma muy sencilla.
Lo que ya no nos convence tanto es que ese botón no funcione como botón de inicio para el sistema. La intuición nos lleva a pulsarlo cuando queremos volver al escritorio y lo que ocurre no es eso sino que el terminal se bloquea. Con los botones de control de Android colocados en la pantalla, es algo que se repite bastante y a lo que cuesta acostumbrarse.
Sobre los controles físicos en el lateral también hay consideraciones importantes. El de encendido está demasiado arriba. Esto tiene dos consecuencias directas: no es accesible de manera natural al agarrar el terminal con una mano, momento en que es más lógico que ese botón esté situado más o menos en la zona central del borde. Pero además, estar tan pegado a los controles de volumen y tener exactamente la misma separación que entre ellos y el mismo tamaño, hace muy fácil equivocarse. Motorola le ha colocado algo de relieve para diferenciarlo, pero nos parece una decisión equivocada por tamaño y situación.
Pero sin duda alguna lo más representativo del diseño del Moto Z es su grosor. Son apenas 5 mm que lo colocan en cabeza con mucha diferencia entre los terminales de gama alta y reconocidos en el mercado.
Los sacrificios que Motorola ha tenido que hacer para conseguir este ridículo grosor no son pocos. La cámara (y hasta el altavoz frontal) sobresalen muy considerablemente, la batería no tiene excesiva capacidad y se ha eliminado el puerto de auriculares.
En mano lógicamente el Moto Z sienta de cine. Es ligero (solo 136 gramos), lo que unido al poco grosor lo hace muy agradable en mano pese a la diagonal de pantalla. Su acabado en metal y con suaves curvas donde lo necesita le dan un empaque de alta gama sin duda.
En la parte trasera del terminal, que nos es especialmente deslizante precisamente por ese poco grosor y el agarre que da el borde del terminal, quedan al descubierto los conectores de los Mods de Motorola. Podríamos mantener el terminal así y no habría problema, pero Motorola ofrece carcasas traseras externas que me parecen recomendables.
La que hemos probado es de nylon balístico, le sienta estupendamente porque mejora todavía más el agarre con cierta sensación de acabado en tela, y con ella colocada ganamos unos mm de grosor (no pasados de 7 mm en total) que son suficientes para eliminar la protuberancia de la cámara trasera. Y para mantener protegidos los conectores del sistema Mod si somos muy precavidos. Sobre la cámara, si no queremos colocarle funda no hay problema, pues podremos colocar el terminal boca arriba y usarlo sin balanceos del equipo.
La carcasa, que por su textura es dada a ensuciarse fácilmente, se coloca y retira de forma simple gracias a unos imanes en la parte trasera, como los otros Mods. El sistema de agarre es fiable y no se irán por accidente. Pero la unión es la que es, y por ejemplo en la parte de la cámara queda bastante holgura para que sea un nido de suciedad importante.
Por último tenemos el tema de la resistencia al agua. Aquí Motorola mantiene una idea que nos parece interesante: no lo coloca como sumergible pero sí que apunta a una capa de protección contra salpicaduras, accidentes con agua y lluvia, justo para lo que otros fabricantes colocan perfiles IP a sus terminales. Al final lo que nos interesa es saber que si con el terminal sobre la mesa se derrama un vaso de líquido encima, no debemos preocuparnos.
Otro terminal que “pasa” del jack de 3.5 mm
Motorola anunció hace ya unos meses que el Moto Z no iba a llevar puerto de auriculares. Otros han hecho más ruido por ello.
El por qué de eliminarlo en el Moto Z está claro y es similar a la excusa de Apple: ganar espacio, en este caso no tener disponible el mismo por el grosor de solo 5 mm. La consecuencia es que necesitarás un adaptador (incluido de serie con el Moto Z) para usar tus auriculares preferidos con cable.
Y vamos a ser sinceros: no es nada cómodo. En el caso de Motorola no se incluyen auriculares vía USB-C de serie, así que si no queremos ir arrastrando un adaptador unido a nuestros auriculares habrá que invertir en unos nuevos modelos USB-C o inalámbricos por bluetooth, pero ya sabes que la batería se resentirá.
Respecto al sonido de los altavoces, solo hay uno, situado en la parte superior, con potencia suficiente pero nada de sonido estéreo ni con cuidado de los graves. Ni configuración ni grosor lo permiten.
5,5 pulgadas para tu disfrute
Colocado en la parrilla de salida de la gama alta, el Moto Z no genera dudas sobre la calidad de su pantalla a nivel de consumo. Estamos ante un panel AMOLED de 5,5 pulgadas con resolución QuadHD. Poco más se le puede pedir.
El brillo es bastante alto, lo que junto con el alto contraste, hace que en exteriores no haya excesivos problemas para visualizar correctamente la pantalla. A la vez, el brillo mínimo es muy reducido, lo que nos permite el uso del terminal con comodidad en situaciones de completa oscuridad.
El panel AMOLED cumple en parte con lo que uno espera de esta tecnología: espectacular en contraste aunque no tan excesivo en la reproducción del color como en otros casos. Con la tecnología orgánica se prima lo llamativo sobre la fidelidad, y con ello ya tenemos ejemplos claros de diferentes propuestas que nos deberían ayudan a optar por una u otra según lo que busquemos o prefiramos.
Como otros fabricantes que incorporan este tipo de panel a sus terminales, hay modos para controlar esa saturación excesiva, pero al final dejarlo como viene de serie es lo más aconsejable o precisamente perdemos parte del atractivo de la tecnología.
Junto con diagonal y tecnología del panel, el tercer pilar de la pantalla de un smartphone está en la resolución. Aquí los 1440p suponen una densidad de pixeles superior a los 530 ppp, por lo que tanto vídeo como aplicaciones de realidad virtual o lectura de contenido van sobradas de nitidez.
Si eres de los que se han acostumbrado a tener notificaciones y avisos con la pantalla bloqueada, Motorola ofrece esa opción en este Moto Z como parte de su personalización de Android puro.
Android 6.0 solo con añadidos funcionales de Motorola
Los Motorola son los equipos a priori más interesantes para los que quieren la última versión del sistema operativo Android en su terminal, tras los Nexus (ahora Pixel de Google). La experiencia es simple, con Android nativo a excepción de los gestos, los comandos de voz de Motorola y las notificaciones con la pantalla inactiva. Todo lo demás es Android puro.
La versión del Moto Z que hemos probado llega al mercado con Android 6.0.1 (aquí haber salido con Android 7 hubiera supuesto un remate de devolución muy interesante), y ocupa de serie menos de 9 GB, por lo que en el terminal con memoria interna de 32 GB nos quedarían libres unos 24 GB. Esto es importante en este smartphone pero tampoco crítico porque disponemos de posibilidad de ampliar dicha capacidad con tarjetas microSD de hasta 2 TB.
Gama alta, pero no lo mejor que podrían darnos
Cuando uno recibe un terminal de gama alta recién salido al mercado espera que cuente con lo último en componentes así como un sistema operativo actualizado. En el Moto Z ninguna de las dos opciones se ha dado.
Ya hemos visto que Android 6.0 es la versión de partida, pero es que como procesador cuenta con un Snapdragon 820. Para este final de año, la gama alta ya estamos viendo que llega con la evolución 821. Todo esto es teoría, especialmente a nivel de procesador.
El combo de Snapdragon 820 con los 4 GB de RAM son suficientes ahora y lo serán cuando llegue al este Moto Z la nueva versión de Android. La experiencia es completamente fluida, máxime sin capa de por medio. Todo ocurre de forma instantánea, la multitarea es una recurso más y no un problema, y tareas de edición de fotos o navegación con múltiples pestañas no presenta problema alguno.
La cámara, como veremos más adelante, es otra de las beneficiadas de la potencia bruta de este Moto Z, que nos ha dejado los siguientes datos en las pruebas con benchmarks comerciales. Curiosamente las cifras son inferiores a las que obtuvimos en los mismos test (excepto PCMark Work) con el Xperia XZ, con 1 GB menos de RAM y capa sobre Android.
Nexus 6P (Snapdragon 810) | Galaxy Note 7 (Exynos 8) | Sony Xperia XZ (Snapdragon 820) | Moto Z (Snapdragon 820) | |
---|---|---|---|---|
Antutu | 61623 | 134680 | 139153 | 131239 |
Geekbench (Single/Multi) | 1342 / 4778 | 1782 / 5322 | 1575 / 3881 | 1533 / 3628 |
PCMark | -- | -- | 6942 | 7265 |
Slingshot ES 3.1 | -- | -- | 2511 | 2171 |
Autonomía: dura poco pero la recuperas muy rápido
Si pesa muy poco y tiene un grosor mínimo, da por hecho que la batería no tendrá mucha capacidad. Esta máxima se cumple en la inmensa mayoría de terminales (quizás la única excepción sea el Galaxy S7 Edge); el Moto Z se queda a medio camino.
En total son 2600 mAh, una cifra aceptable pero que con una pantalla exigente requería de una capacidad mayor. En nuestras pruebas habituales y dando el uso similar a otros terminales de gama alta analizados este 2016, el Moto Z queda ligeramente por detrás de los mejores en autonomía.
Si te sientes libre de exprimir al máximo el Moto Z durante toda la jornada, ha habido días en que hemos debido recurrir al cargador a final de la tarde y no hemos podido tener las sesiones de redes sociales o vídeos tras la cena. De media podemos decir que nos permite aguantar un día, pero nada más. Si buscas horas de pantalla, de media nos ha dado unas 4,5 horas.
Un consejo para estirar al máximo la autonomía es cuidar que las opciones de Motorola o extras que puedan suponer más gasto de batería y que realmente no usemos, las dejemos inactivas. Podemos hacerlo con las notificaciones en pantalla apagada, el control por voz … Dedicar un tiempo a mirar qué está activo y qué no en nuestro terminal siempre tiene recompensas.
De la batería del Moto Z lo mejor está en la carga rápida. La tecnología TurboPower reduce el tiempo de carga de la batería hasta poco más de una hora, pudiendo además cargar hasta el 50% desde cero en solo media hora. Con este tipo de ayudas, una batería corta es menos problemática y deja clara la apuesta de muchos fabricantes, que priman diseño y carga rápida sobre autonomía bruta.
Una excelente cámara sobre el papel que acaba sucumbiendo
La cámara principal del Moto Z es una vieja conocida. Sensor de 13 megapixeles, apertura f1.8, flash LED doble, enfoque por láser, tamaño de pixel de 1,12 µm y estabilización óptica. Sobre el papel una pinta estupenda.
La cámara es muy rápida tanto disparando como enfocando, y está lista para disparar al instante. Y es capaz de capturar una cantidad importante de luz. Nos ha impresionado especialmente el enfoque. Incluso en detalles y planos muy cercanos el cambio es rápido y la precisión muy buena.
En escenarios naturales y con luz suficiente, de forma general las imágenes que obtenemos están bien expuestas y con un colorido correcto. Las zonas menos iluminadas tienen suficiente información y no es complicado controlar las luces altas aunque hay situaciones en que queda el cielo completamente quemado.
El nivel de detalle que conseguimos es suficiente, pero no es el mejor procesado que hemos visto, y perdemos detalle en las zonas complicadas y con más información.
El tamaño del sensor, la poca resolución y la luminosidad hacen fácil recoger bastante luz en escenas nocturnas. Pero el Moto Z no es capaz de gestionar correctamente toda esa información y quedan bastantes elementos descontrolados, principalmente en procesado, ruido y pérdida de información. Bastante margen de mejora en este apartado, lo que demuestra que en las cámaras de gama alta no es todo configuración y prestaciones técnicas sino cómo se trabaja todo eso.
La interfaz nos parece bastante acertada. Une la simplicidad de un apuntar y disparar con accesos directos al flash o el modo HDR, lo habitual, con otras que incluyen controles manuales que además podemos integrar en toda la pantalla o ir modificando una a una.
En el Moto Z podemos controlar el enfoque, balance de blancos, velocidad de obturación, sensibilidad (max 3200 ISO) y compensar la exposición.
Respecto a la cámara secundaria, son 5 MP con gran angular y buena captación de luz, muchas veces excesivas. Es complicado cuando nos hacemos una foto que lo que no es el rostro no quede completamente quedado.
Quizás por ello el Moto Z añade la posibilidad de usar flash (real, nada de iluminar con la pantalla) así como algunos controles manuales de sensibilidad (ISO) y velocidad de obturación. Jugando con esas opciones podemos mejorar los resultados pero en un selfie lo que debe primar es la inmediatez.
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Esto si es un teléfono modular
Sin que se tenga que reiniciar, ni quitar nada. Así funcionan los módulos o Mods de Motorola, los cuales estrena con este Moto Z.
La variedad no es mucha, unos 4-5, pero hay bastante diferencia entre ellos. Desde la carcasa que no hace nada hasta un impresionante proyector funcional, pasando por los clásicos: batería extra, refuerzo del sonido o mejoras para la cámara.
Nosotros hemos probado el Mod Moto Insta-Share Projector. El módulo se pega a la parte trasera del Moto Z por medio de imanes, y en ese momento ganamos un proyector portátil que apenas hace ruido, no pesa más que 120 gramos y que en habituaciones a oscuras nos deja una pantalla proyectada de hasta 70 pulgadas con una calidad muy buena a nivel de brillo.
Donde no puedes buscar muchos milagros es en autonomía, sobre los 45 minutos hemos conseguido nosotros (se carga vía USB-C), o resolución, pues saca solo 854 x 480 píxeles. Lo que tampoco lleva es altavoz por lo que el sonido debemos sacarlo a través de bluetooth o el propio teléfono.
El problema con los terminales modulares está en el futuro. Parecen sistemas de prueba, atrevimiento que requiere de mucha inversión y que hasta ahora se han enfrentado a cancelaciones o modificaciones que hacen que, si no alargas la vida útil de tu terminal o mantienes compatibilidad, puede ser dinero tirado.
Motorola parece que va en serio y ha prometido que estos módulos funcionarán al menos con dos generaciones posteriores al Moto Z. También ha abierto el sistema a propuestas de terceros.
Moto Z: la opinión y nota de Xataka
Lo peor que le puede pasar a un smartphone de gama alta en la actualidad es ser aburrido. Más de lo mismo. Calcar prestaciones, diseño y especificaciones.
Si ése es el caso, solo puedes sobrevivir en dos situaciones: un precio de derribo o que tengas una base y reputación asegurada. Si no es así, hay que arriesgar.
El Moto Z lo hace, completando una solución atractiva en todos sus apartados, con la excepción de la cámara, donde no creemos que esté a la altura de la gama alta cuando la luz escasea, así como la batería. Y con el extra de unos mods bastante espectaculares sin que el precio del modelo base de Moto Z sea disparatado, 639 euros, un precio que, para la gama alta actual y nivel de acabado, nos deja una buena relación calidad/precio.
8,7
A favor
- Especificaciones técnicas de memoria, procesador, RAM y ranura microSD
- Planteamiento y funcionamiento del sistema de módulos
- Diseño, especialmente un grosor mínimo
- Carga rápida muy efectiva
- Pantalla brillante
En contra
- Cámara con trabajo por delante en escenas con poca luz
- Botones físicos no muy bien pensados
- Sin puerto de 3,5 mm ni sonido estéreo por altavoces externos
- Autonomía insuficiente para un gama alta actual
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Motorola. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia Moto Z, análisis: de grosor de 5 mm a proyectar 70 pulgadas en un segundo fue publicada originalmente en Xataka por Javier Penalva .
Gracias a Javier Penalva
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