A medida que se acerca la temporada festiva, nuestra atención se centra en la cena de Navidad. Es la temporada de comer en exceso y sentirse lleno. Por lo que, antes de tomar esa patata asada de más, veamos qué le sucede realmente en nuestro sistema digestivo cuando consumimos grandes cantidades de comida.
El increíble viaje de la comida: desde el plato al retrete
Nuestro sistema digestivo va desde el punto de entrada (la boca) hasta el punto de salida (el ano), pero, para la persona promedio, lo que sucede entre estos dos puntos es un misterio. La función del sistema digestivo es convertir los alimentos en algo útil que el cuerpo pueda usar, quemar, cultivar o almacenar para el futuro.
Este proceso comienza en la boca donde los dientes, la lengua y las glándulas salivales facilitan la digestión mecánica y química. Allí se forma un bolo (una bola de comida) adaptada para descender por el esófago y llegar al estómago. Imaginad lo que sería llevar un nacho triangular desde la boca hasta el estómago sin masticar; sería doloroso.
La función del sistema digestivo es convertir los alimentos en algo útil, pero a veces tarda en comunicar sus necesidades al cerebro
El estómago es una bolsa muscular que se encuentra dentro del abdomen y generalmente, cuando está vacío, no es más grande que un puño. Sin embargo, tiene la capacidad de expandirse y crear un espacio mucho más grande. Los músculos se pliegan y despliegan para permitir la expansión del estómago a medida que se llena.
Se produce ácido para ayudar a que los alimentos acaben de triturarse. El estómago vacío contiene alrededor de 40 ml de líquido, pero el volumen medio del estómago de una persona normal es de aproximadamente entre 800 ml y un litro. En personas con obesidad (o que comen en exceso) puede ser incluso mayor.
Una vez que la comida ha pasado por el estómago, llega al intestino delgado, donde continúa la digestión y los nutrientes (ahora degradados) pasan al torrente sanguíneo. El intestino delgado tiene un poco más de seis metros de largo y se conecta con el intestino grueso que tiene otros dos aproximadamente. El intestino grueso drena la mayor parte del agua absorbida y la introduce en la sangres, por lo que el material de desecho restante adquiere la forma de heces.
¿Un trocito más?
A menudo, nos sentimos muy llenos después de comer una gran cantidad porque las señales del estómago tardan en llegar al cerebro. Por eso pasamos de estar hambrientos a sentirnos llenos o a punto de estallar sin ningún tipo de sensación intermedia.
Nuestro cuerpo tiene una forma muy compleja de decirnos cuando tenemos hambre y cuando no; para ello, y en respuesta a la presencia o ausencia de alimentos en el sistema digestivo, el cuerpo tiene que producir una serie de hormonas. Si comemos correctamente, tendremos una sensación de saciedad - esta sensación suprime la necesidad de comer.
Por eso pasamos de estar hambrientos a estar a punto de explotar sin sensaciones intermedias
Dos de las hormonas más importantes son la grelina y la leptina. A grandes rasgos, la grelina aumenta el apetito y la leptina disminuye el apetito. Predominantemente, se producen en el estómago y en las células de grasa, respectivamente. La grelina suele tener niveles altos antes de comer y se reducen progresivamente. La leptina le dice al cerebro que estamos llenos.
En principio, esto nos haría pensar que las personas con más grasas, producirán más leptina y, por lo tanto, es más probable que deseen comer menos. Sin embargo, las personas obesas desarrollan resistencia a la leptina; lo que significa que tienen que producir más para que tenga el mismo efecto y reduzca el apetito.
Algunas preguntas cuya respuesta yo no querría saber
¿Qué sucede cuando me siento a punto de estallar?
La comida solo puede seguir en dos direcciones: hacia dentro del sistema digestivo o por de donde vino, en forma de vómitos. Comer en exceso causa indigestión, es decir el ácido del estómago puede acabar subiendo por el esófago. Mientras estómago es "insensible" al ácido, el esófago no y ese reflujo puede quemarlo. Además, el cuerpo tiene que desviar gran parte de su energía para digerir la comida, lo que hace que nos sintamos cansados y somnolientos.
¿Puede mi estómago estallar por comer demasiado?
Por desgracia, sí. Hay casos en los que el estómago se vuelve tan grande que se rompe por el gran volumen de comida que contiene. Una mujer de 23 años de edad tenía más de 2.500ml en el estómago, lo que provocó que se hinchara tanto que llenaba todo el abdomen, desde las costillas hasta la pelvis. Eventualmente se perforó y necesitó una cirugía de emergencia.
¿Puedo morir de comer en exceso?
Sí, tenemos varios informes sobre personas que murieron por exceso de “complacencia”. Es algo muy raro, pero sucede. Una persona murió al romperse el esófago, el tubo que conecta la boca con el estómago, y en otros casos, como decíamos, la ruptura del estómago por comer demasiado no acabó bien.
¿Todavía estás hambriento?
En 2010, una mujer estadounidense disfrutó de una de las comidas (navideñas) más grandes que nunca hayamos visto: 22 kilos de pavo, 13 de jamón, 15 de patatas, verduras y relleno, 8 litros de salsa y postre. Unas 30,000 calorías frente a las 2.500 y 2.000 calorías diarias que se recomiendan.
La cena de Navidad promedio en el Reino Unido se cree que está en torno a las 6.000 y 7000 calorías, lo que requiere una gran cantidad de días de ejercicio para quemarlas. ¿Dónde está el enlace para apuntarse al gimnasio ahora en año nuevo?
Autor:
Adam Taylor, Director del Centro de Aprendizaje de Anatomía Clínica y Profesor de Anatomía, Universidad de Lancaster
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí
Traducido por Javier Jiménez
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La noticia Sí, se puede morir por comer demasiado: esto es lo que le sucede al cuerpo cuando se come en exceso fue publicada originalmente en Xataka por The Conversation .
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