En 1990, un puñado de ballenas jorobadas aparecieron por primera vez en una zona de la costa oeste de Sudáfrica. Fueron todo un fenómeno en la región, maravillada por la presencia de estos enormes mamíferos.
En los años siguientes volvieron a aparecer, cada vez más, aumentando sus cifras año a año. Hoy, más de doscientas ballenas pasan varios meses del año rondando un área no mucho mayor que un campo de fútbol. Hasta hace poco, nadie sabía por qué.
No era difícil: ¡comida gratis!
Ahora lo sabemos, y bien pensado, no era difícil de adivinar: ¡comida gratis! La que probablemente sea la mayor concentración de ballenas del mundo se da en ese lugar porque allí pueden ponerse moradas a pequeños crustáceos, el kril del que se alimentan.
Más allá del espectáculo de ver a decenas de ballenas jorobadas en el mismo sitio al mismo tiempo, esto nos enseña cosas interesantes sobre ellas.
La mayoría de los animales son muy reacios a cambiar sus costumbres, especialmente las que se refieren a la comida: cazan en los mismos sitios a las mismas horas y durante las mismas épocas del año. Pero esto demuestra lo dispuestas que están estas ballenas a cambiar y adoptar nuevas estrategias de caza, así como su habilidad para aprender unas de otras nuevas formas eficientes de alimentarse.
Para averiguar qué andaban haciendo las ballenas en su tumultuosa reunión, los investigadores sudafricanos autores del estudio publicado, equiparon a doce de ellas con un equipo similar a una cámara Go Pro, pero equipada con un detector de movimiento y un señalizador de profundidad. Todo ello sirvió para identificar no solamente lo que hacían, sino también dónde estaban cazando y qué exactamente.
Cambian de estrategia y se comunican
Observaron comportamientos que nunca se habían visto antes. En circunstancias normales, grupos de dos o tres ballenas nadan en sincronía a través de varias decenas de kilómetros cuadrados para cazar a sus presas. Normalmente nadan a unos 30 kilómetros por hora, acelerando para sorber todo el agua posible, y después descansan unos minutos hasta la siguiente pasada.
Pero en este lugar, es un bufet libre para todos: se suben prácticamente unas encima de otras, hace pasadas casi cada minuto y apenas descansan medio minuto entre una pasada y la siguiente. Lo hacen así durante unas cuantas horas y luego se dispersan en grupos más pequeños.
Es una demostración de que un cambio en la concentración de comida lleva a una adaptación en la estrategia de caza para optimizar sus recursos y su energía: si hay comida por todas partes no hace falta organizarse tan meticulosamente y descansar entre pasadas.
Estas observaciones sugieren también que las ballenas tienen un sofisticado e interesante sistema de comunicación entre ellas, porque de alguna forma cada vez más ejemplares conocen la existencia de este lugar y viajan hasta Sudáfrica cada año para ponerse moradas a crustáceos.
Imágenes | Wikipedia
En Xataka | ¿El mejor modo de salvar a las ballenas? Contaminándolas
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La noticia Cientos de ballenas se están reuniendo en una diminuta región del océano y los científicos ya saben por qué fue publicada originalmente en Xataka por Rocío Pérez .
Gracias a Rocío Pérez
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