Si eres un seguidor habitual del fútbol americano ya conocerás de sobra la mecánica, pero para espectadores noveles puede ser un deporte algo difícil de seguir. Resumiéndolo mucho, el objetivo de un equipo es ir avanzando hasta llegar con la pelota hasta la zona de anotación del equipo rival. Para ello tiene cuatro intentos para avanzar diez yardas (algo más de nueve metros). Si no lo logran, pierden la posesión.
Pero el campo no está "rayado" ni marcado con referencias de uno a otro lado del mismo. ¿Cómo sabes tú, desde casa, dónde está la referencia de diez yardas que deben superar para que la jugada sea satisfactoria? Sí, están los marcadores del lateral, pero en ocasiones son algo difíciles de seguir. Puede que en alguna ocasión hayas visto alguna foto o captura en la que se aprecian dos líneas sobre el campo: una amarilla y otra azul o roja. Ambas están ahí gracias a la tecnología y han marcado un antes y un después en las retransmisiones del fútbol americano.
Las líneas se van moviendo conforme cambia la perspectiva de la cámara (incluso en las reposiciones) y ocupan todo el ancho del mismo pero, contrariamente a lo que puede parecer a ojos no familiarizados con este deporte, no se encuentran físicamente sobre él, sino que se añaden en postproducción para que la retransmisión de televisión sea más fácil de seguir: la jugada comienza sobre la línea azul (o de scrimmage) y el objetivo es llegar a la amarilla (del primer down).
Para entenderlo mejor, puedes echar un vistazo a esta recopilación de jugadas. En ellas verás cómo las cámaras se mueven y hacen zoom pero las líneas de colores se mantienen inmóviles sobre el campo, como si de verdad estuvieran allí:
¿Cómo funciona la tecnología de la "línea amarilla"?
La primera línea amarilla llegó en 1998 de la mano de Sportvision, una compañía que por aquella época quería llevar la tecnología al deporte. Su sistema costaba unos 25.000 dólares por partido, y requería seis personas y un gran camión en el que poder transportar todo el equipo de vídeo. Bill Squadron, cofundador y CEO, explicaba hace un par de años a Sports Illustrated su funcionamiento.
En primer lugar, de cada estadio se realiza un modelo virtual en tres dimensiones utilizando tecnología láser. Es importante hacerlo de forma exacta, ya que los campos de fútbol americano no suelen ser del todo planos. Además, y muy importante como veremos más tarde, se registra el color de todos las zonas del césped a diferentes horas y días para tener las diferentes tonalidades según la iluminación y meteorología.
Para cada retransmisión hay además tres cámaras, a las cuales se le añaden sensores que registren en todo momento su posición y sus movimientos. Esta información se manda en tiempo real (con unas 30 mediciones por segundo) al camión de procesado y, sumado a que previamente ya se ha medido la posición previa de cada cámara respecto al campo, permite conocer en qué posición relativa (respecto a las cámaras) debe colocarse la línea en cada momento y que ésta no se distorsione si la cámara, por ejemplo, se mueve para seguir al balón.
Esta información, junto a la posición en la que está la línea imaginaria del primer down sobre el terreno (señalada con los marcadores de las bandas, esos "postes" rojos), se procesa en un ordenador que dibuja la línea amarilla sobre la emisión en el punto en el que le dice el operador encargado de ello. En total, este proceso puede hacer que el vídeo en directo se tenga que retrasar hasta un par de segundos para que dé tiempo a que se hagan todos los cálculos.
Todo el proceso se explica muy bien en este vídeo (en inglés eso sí):
¿Cómo evitamos que pase por encima de los jugadores?
Fíjate en la captura que te dejamos sobre estas líneas y verás algo llamativo: pese a que las líneas amarilla y azul no están físicamente en el campo, sino que se añaden digitalmente a posteriori como ya hemos explicado, se ven por debajo de los jugadores. ¿Cómo es posible si precisamente acabamos de decir que se superponen por encima de la retransmisión que llega directamente de las cámaras?
Aquí es donde entra la importancia de recoger además la paleta de colores que se muestran sobre el campo (el césped, las sombras, las líneas blancas, el barro que puede haber, etc.). Al sistema se le enseña que puede y debe dibujar la línea sobre ellos. Sin embargo, también se le especifica sobre qué otros colores no se puede superponer. Dentro de estos últimos estarían las tonalidades de piel de los jugadores y sus uniformes.
El sistema funciona incluso en las situaciones más desfavorables: cuando algunos equipos poseen uniformes de color verde que se parecen demasiado a los verdes del campo e incluso cuando nieva y las paletas pasan a tener más blancos que verdes. Sportsvision se llevó un Emmy de premio por esta tecnología, que desde entonces, además de utilizarse en el fútbol americano, también se usa para superponer otra información en otros deportes o incluso para insertar publicidad virtual.
Desafío: llevar la línea al campo
Cuando estás acostumbrado a ver los partidos de fútbol americano por televisión, ir a un campo a verlos en directo puede ser todo un desafío ya que allí no están las líneas de referencia. Todavía no hay una tecnología establecida para ello, aunque algunas compañías proponer utilizar láser. Hace algo más de dos años la NFL ya dijo que no descartaba utilizar algo similar, pero por ahora están demasiado "verdes" y parece que no será en un futuro cercano.
Más información | Entrevista de Sports Illustrated, Vídeo explicativo de Vox
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La noticia Cómo una línea amarilla y su tecnología revolucionaron las retransmisiones de fútbol americano fue publicada originalmente en Xataka por María González .
Gracias a María González
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