Pegasus, radares de tramo y radares fijos y móviles. Grandes temores de los conductores que juegan al límite con el velocímetro o, simplemente, prefieren obviar la regla del 7 y superar los límites máximos permitidos, asumiendo los riesgos de recibir una posible multa.
Entre las armas menos detectables por parte de la DGT, Pegasus es capaz de multar a muchísima distancia de los conductores. Los radares veloláser, pequeños cinemómetros móviles, son casi indetectables si el agente decide que quiere pasar desapercibido. Los radares de tramo y los fijos están siempre avisados en las carreteras, pero un pequeño despiste puede hacernos caer en la infracción.
Para hacer referencia a todas estas herramientas y seguir generando ruido en los medios, las redes sociales suelen servir para que los métodos (o supuestos métodos) de la DGT reciban nuevos nombres pese a referirse a algo ya conocido o muy viejo. Es lo que sucede con los radares "ametralladoras de multas" o los radares en casada o antifrenazo, también viejos conocidos por los conductores españoles.
De estos dos últimos casos venimos a hablar, pues con el aumento de tráfico en las carreteras han vuelto a ser noticia el empleo que la DGT hace de ellos. Pero, ¿qué son estos tipos de radares? ¿Existen siquiera?
Un nombre, un método y una duda
Cuando hablamos de radares en cascada o antifrenazo, tenemos que tener claro que no hablamos de radares específicos o nuevos controladores que la DGT haya puesto en funcionamiento. Es un supuesto método en el que se combina un radar fijo con uno móvil.
El primero del que se habló con mayor fuerza es el radar en cascada. La idea es que la DGT sitúa un radar móvil unos metros (o pocos kilómetros) después de uno fijo. El conductor que venía a una velocidad superior a la permitida, y ha frenado para pasar el radar fijo, se relaja y vuelve a acelerar para recuperar la velocidad anterior. Ahí, el radar móvil es cuando "caza" al conductor.
Lo mismo sucede en el sentido contrario. Los radares antifrenazo serían el método con el que la DGT castiga a los conductores que frenan con fuerza antes de un radar fijo. Así, unos metros (o pocos kilómetros) antes del controlador, que está avisado en la carretera, se esconde un radar móvil para cazar a los infractores. Por eso se ha viralizado lo de que "no sirve de nada frenar antes de un radar".
Lo primero que hay que tener en cuenta es que este método sería completamente legal. Nada obliga a la DGT a situar dos radares con un mínimo de distancia, ni fijos ni móviles. Ni tampoco exige que el organismo señalice que se está utilizando un radar móvil. De hecho, en los últimos años ha complicado el acceso a las ubicaciones de los radares fijos desde su página web. Pero, precisamente, si los radares móviles son efectivos es porque no sabemos dónde nos los encontraremos.
Pero, ¿está la DGT utilizando este método? Lo cierto es que el primer caso del que se tuvo constancia fue el empleado por la Policía Foral de Navarra (la DGT no tiene competencias en el territorio) en 2019. Entonces se explicó en qué consistían y se observó que, evidentemente, el método era fácilmente extrapolable al resto del territorio.
Sin embargo, nada parece indicar que la DGT haya puesto en marcha este método para cazar a los infractores. Sí, existe la posibilidad y no se estaría incumpliendo ninguna norma pero no hay nada que demuestre que se están poniendo en marcha radares en cascada o antifrenazo. El organismo nos ha asegurado en reiteradas ocasiones que no utiliza este tipo de métodos. Creer o no creer, es cuestión de cada uno.
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Foto | Nemigogz
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La noticia Los radares en cascada son el nuevo gran temor de los conductores. Pero nada indica que la DGT tenga un plan fue publicada originalmente en Xataka por Alberto de la Torre .
Gracias a Alberto de la Torre
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