El segmento de los convertibles parece ser cada vez más la clara evolución del de los tablets, y son varios los fabricantes que han seguido en los últimos meses la estela de una Microsoft que inició ese camino. Samsung ha sido la última en apostar por este mercado, y lo ha hecho con una interesante apuesta.
Se trata del Samsung Galaxy TabPro S, un tablet convertible de 12 pulgadas que llega recordando a otros protagonistas de la categoría pero que también ofrece sus propias señas de identidad. Hemos tenido la oportunidad de analizarlo, y estas son nuestras conclusiones.
Diseño: los convertibles también pueden ser ultradelgados
Si por algo destaca el diseño del Samsung Galaxy TabPro S es por su delgadez. La pantalla de 12 pulgadas está rodeada de unos marcos notables, algo normal dado que los necesitamos para tener cierto margen al funcionar en modo tablet. Sin embargo esos 6,3 mm de grosor hacen de este uno de los dispositivos más "afilados" en este apartado.
Eso tiene dos efectos directos: el primero, que tenemos una batería lógicamente condicionada por esa dimensión (su capacidad es de 5.200 mAh), y el segundo, que el peso del dispositivo sea realmente reducido: con esos 693 gramos este tablet es desde luego un peso ligero si tenemos en cuenta esa diagonal.
Los materiales son correctos: el plástico domina la parte trasera, aunque lo hace con un acabado agradable que de nuevo hace que la no presencia del metal por doquier no parezca tan relevante. Donde sí se usa una aleación de magnesio es en los bordes, ligeramente redondeados, como las esquinas.
En ese diseño contamos con unas esquinas redondeadas y unos bordes también con ese citado perfil curvo. En esos bordes encontramos los distintos botones y conectores: en la parte superior está el botón de encendido/apagado y los controles de volumen. A la izquierda nos encontramos con el botón físico Windows (para el modo tablet), un altavoz y una pequeña banda para la antena WiFi.
En la parte derecha encontramos otro altavoz y otra banda para la antena WiFi además del conector USB-C y una toma de auriculares de 3,5 mm. Por último tenemos el conector magnético para el teclado que se acopla al tablet para convertirlo en un portátil.
Especificaciones del Samsung Galaxy TabPro S
¿Cuál es la oferta hardware que nos ofrece Samsung en este equipo? Es lo que descubrimos a continuación con la tabla en la que podréis encontrar las principales características del dispositivo y su precio final:
Samsung Galaxy TabPro S | |
---|---|
Pantalla | 12'' sAMOLED (2.160 x 1.440) |
Procesador | Intel Core m3-6Y30 (Dual-core a 0,9 GHz, hasta 2,2 GHz con Turbo, 4,5W TDP) |
Memoria | 4GB LPDDR3-1600 |
Gráficos | Intel HD 515 (24 EUs a 300-850 MHz) |
Almacenamiento | 128 GB SSD M.2 (LiteOn CV1-8B128) |
Conectividad | 802.11ac con Bluetooth 4.1 |
Puertos | 1 USB 3.1 (USB-C), toma auriculares |
Sonido | 2 altavoces estéreo |
Batería | 5.200 mAh (39 Wh) |
Cámaras | Posterior 5 Mpíxeles, frontal 5 Mpíxeles |
Otros | Funda-teclado con touchpad integrada |
Dimensiones | 290 x 198,8 x 6,3 milímetros |
Peso | 693 g (sin funda) |
Precio | 999 euros |
En esas especificaciones encontramos notas destacadas como la pantalla -de la que hablamos más adelante- o la integración de un procesador Intel Core m3-6Y30 de la familia Skylake. Esa alternativa nos ha dado una agradable sorpresa en las pruebas de rendimiento, pero también ha habido alguna decepción relevante.
Pero antes de hablar de decepciones, mención de honor para la decisión de incluir el teclado junto al tablet, algo que no hacen la mayoría de fabricantes de este tipo de convertibles -Microsoft, te estamos mirando a ti-. Lamentablemente se trata de un teclado no retroiluminado, y aunque Samsung sí lo incluye y Microsoft no, es de justicia decir que Microsoft integra el stylus, y Samsung lo ofrece como opción (aún no se conoce el precio, pero rondará los 80 euros).
¿Cuál es la decisión más acertada? Creemos que lo ideal sería incluirlo todo, pero eso podría incrementar el precio, así que de escoger parece lógico pensar que la orientación a convertibles de estos equipos hace casi obligatorio ese teclado que normalmente los fabricantes venden aparte. Así pues, minipunto para Samsung.
Las cámaras frontal y posterior coinciden en la resolución del sensor, de 5 Mpíxeles, lo que ofrece muchas garantías sobre todo en el caso de la frontal para videoconferencias. En el caso de la cámara posterior vimos como el comportamiento era el que se puede esperar de una cámara con esa resolución, y aquí sí es cierto que la pantalla del tablet beneficia al resultado porque los colores, ligeramente saturados, le dan mucha vivacidad a las imágenes. Al contrario de lo que ocurre con algunos modelos de la competencia, aquí no hay una apuesta evidente por la producción de contenidos audiovisuales directamente desde el tablet.
Es también interesante la inclusión de soporte NFC, algo que se ha hecho con un propósito claro: la aplicación Samsung Flow permitirá la interoperabilidad entre distintos dispositivos móviles (S6 y posteriores, cuidado, aquí la firma vuelve a defender su ecosistema) y de escritorio. La herramienta aparecerá el próximo mes de abril para Android, nos dicen desde Samsung, y permitirá cosas como autenticarnos en el portátil con el sensor de huella dactilar del móvil o transferir contenidos y pasar notificaciones de uno a otro.
Primera pega: un USB-C no es suficiente, Samsung
La presencia de un solo conector USB-C (nada de Thunderbolt 3, es una interfaz USB 3.1) es una limitación clara e importante de este equipo, que hace que sea imposible cargarlo y conectarle algún periférico al mismo tiempo a no ser que compremos algún adaptador.
La apuesta por USB-C es defendible, pero no el hecho de que ni siquiera hayan incluido un conector USB-A adicional (u otro USB-C) para periféricos tradicionales o, al menos, un adaptador de USB-A a USB-C para nuestros periféricos.
Eso también limita sus posibilidades en esa orientación profesional de la que teóricamente presume Samsung. Aquí conectar el equipo a una red Ethernet es imposible sin adaptador, y aunque Samsung parece que ofrecerá uno, no hay noticias sobre su precio, pero los adaptadores de este tipo para conectores USB-C hacen que de nuevo la inversión se incremente si algunos contaban ya con adaptadores de USB (USB-A) a Ethernet.
De hecho a ese diseño ultradelgado que es digno de mención no se le ha incluido tampoco otro elemento que suele ser de agradecer en este tipo de dispositivos: no hay ranuras de expansión y tampoco lectores de tarjetas, algo que sí se ha integrado en otras soluciones de la competencia y que añade enteros a la versatilidad de estos productos.
Super AMOLED brilla, pero no siempre
Si hay un factor destacable en este equipo al usarlo es la calidad de su pantalla. Samsung ha tenido el acierto de aprovechar su experiencia con la tecnología Super AMOLED para integrarla en este tablet, algo que desde luego lo pone al frente del sector en cuanto a calidad, definición y contraste de la imagen.
Esa pantalla tiene una relación de aspecto 3:2 que hemos visto ya en otros tablets orientados a la productividad, y la resolución de trabajo es de 2.160 x 1.440 píxeles, lo que da como resultado una densidad de 217 píxeles por pulgada. La tecnología AMOLED hace que los ángulos de visión no sean tan amplios como los de otros paneles, pero aún así ese contraste y viveza compensan de sobra ese hándicap.
Hay también un beneficio claro en la eficiencia energética que hemos notado en la autonomía de la batería. Así pues, esa delgadez y esa batería con una capacidad algo reducida se ve compensada por este factor, aunque la tecnología AMOLED que hace que el contraste sea fantástico y los colores vivos y llamativos no está libre de problemas.
Los responsables de Samsung han introducido un curioso sistema que oscurece la pantalla tras un periodo de un minuto para que el panel no se degrade. Eso ocurre en distintas actividades, por ejemplo con distintos benchmarks o incluso en sesiones de navegador en las que dejamos la pantalla tranquila durante unos minutos.
Aunque hayamos establecido que el equipo apague la pantalla a los 5 minutos en las preferencias de gestión energética de Windows, esa pantalla se oscurecerá sin remedio tras un minuto y ese brillo fluctuará de forma extraña (sin recuperar el brillo nativo a no ser que toquemos alguna tecla, el touchpad o la pantalla) durante esos periodos de inactividad. De hecho por defecto está configurado un salvapantallas que se pone en acción a los dos minutos, algo que no habíamos visto preconfigurado en estos equipos desde hace tiempo.
El problema es persistente y no se puede resolver en las preferencias de Windows ni en ninguna utilidad o herramienta de Samsung incluida en el sistema o que hayamos podido encontrar, y es algo que puede llegar a ser molesto para muchos usuarios en esos pequeños descansos de actividad.
Rendimiento: medimos la potencia del Galaxy TabPro S
El lanzamiento de los Intel Core M fue prometedor, y auguraba equipos ultradelgados perfectos para el comportamiento híbrido que ahora estamos viendo popularizarse. La primera gama de micros de este tipo fue decepcionante, y los equipos que la integraron perdían demasiados enteros en cuanto a potencia como para compensar las mejoras en eficiencia energética.
La cosa ha cambiado con la introducción de los nuevos modelos de la familia Skylake. Lo hemos podido comprobar con los Intel Core m3-6Y30 a 900 MHz (hasta 2,2 GHz con Turbo) que tienen una ventaja fundamental sobre los Core i3, i5 o i7 por los que han optado otros fabricantes de tablets y portátiles convertibles: contamos con un equipo fanless, sin refrigeración activa, lo que es una alegría para los oídos.
Como decíamos, la cuenta no salía en ediciones anteriores de los Core M, y de hecho algunos equipos con estos procesadores integraban ventilador aun cuando se supone que sus TDP no lo hacían necesario. En el Galaxy TabPro S nos encontramos ante un equilibrio destacable que se confirma en las pruebas de rendimiento en las que lo hemos comparado con equipos con especificaciones en esa línea:
Samsung Galaxy TabPro S (Core m3-6Y30) | Lenovo Yoga Pro 3 (Core M-5Y70) | ASUS Transformer Book T300 Chi | Surface 3 (Atom x7) | |
---|---|---|---|---|
PCmark Home | 2.526 | 2.261 | 2.287 | 1.667 |
PCmark Creative | 3.005 | 2.844 | 2.678 | 1.933 |
3DMark Cloud Gate | 3.955 | 3.076 | 3.222 | 2.112 |
3DMark Ice Storm | 15.047 | 26.361 | 15.255 | 20.894 |
Los números dejan claro que el rendimiento de estos Core m3 es muy decente incluso comparándolo con procesadores Core i5 de la familia Haswell destinados a Ultrabooks y que por tanto cuentan con un margen de maniobra mayor. La comparación con el Surface Pro 4 con un Core i5 también es inevitable, y aquí volvemos a confirmarlo: en PCMark 8 Home obtuvimos 2.523 puntos en el equipo de Microsoft (por 2.526 del TabPro S), por ejemplo.
La cosa cambia en rendimiento gráfico, claro: la GPU del Surface Pro 4 permite llegar a los 5.812 puntos en nuestras pruebas, y aquí contamos con unos 3.955 que sí que están por debajo. No nos engañemos no obstante: ninguno de estos dos equipos está orientado a los videojuegos, y aunque es evidente que esa diferencia permitirá tener más alegrías en el equipo de Microsoft, las diferencias no son tan importantes como parece.
Así pues esa elección en cuanto al procesador integrado no parece mala en absoluto por parte de Samsung. En otras pruebas sintéticas como Geekbench obtuvimos 2.236 puntos en Single-Core y 4.412 en Multi-Core.
También analizamos el rendimiento de la unidad de almacenamiento, que fue algo inferior a lo esperado: 539 MB/s para lecturas es una cifra decente, pero sus 180 MB/s, sin ser preocupantes, sí que se sitúan por debajo de una tendencia que parecía adoptar unidades cada vez más poderosas. La unidad de LiteOn integrada por Samsung se sitúa por debajo de nuestras expectativas, y lo irónico aquí es que muchos fabricantes hace tiempo que utilizan las unidades SSD M.2 que la propia Samsung fabrica y que alcanzan velocidades mucho más notables.
¿Cómo es trabajar (y disfrutar) con este equipo?
Si habéis llegado hasta este punto seguramente os hayáis podido formar una buena impresión del equipo, pero es aquí donde entran en juego las sensaciones y aparcamos ese análisis "crudo" que nos ofrecen los números y las especificaciones.
Y lo cierto es que en este punto el equipo de Samsung no sale tan bien parado, aunque de nuevo hay buenas y malas noticias. Ya hemos comentado algunas pegas como las que afectan al puerto USB-C o a ese curioso sistema de gestión del brillo de pantalla, pero también tenemos cosas que comentar sobre el teclado y touchpad del equipo.
Aquí el formato adoptado por Samsung en esa funda recuerda a los iPads, con un sistema ingenioso que permite que la propia funda, magnetizada para acoplarse de forma perfecta al tablet, colocarlo en dos posiciones. Ese es ya un claro hándicap frente a portátiles convertibles -las bisagras aquí ganan por goleada- pero también frente a tablets convertibles que como el Surface Pro 4 de Microsoft permiten abatir la pantalla en todo tipo de ángulos sin problemas.
No solo eso: el teclado no es retroiluminado, algo que no sería grave si no tuviéramos en cuenta que estamos hablando de un equipo con un precio de 1.000 euros en el que estos detalles comienzan a pesar. El teclado en sí es muy correcto, y aunque las teclas no están separadas entre ellas (nada de formato chiclet en este caso) su tamaño y disposición es decente. Incluso el recorrido es correcto a pesar de los 4,3 mm de grosor de la funda en total, aunque algunas teclas como las flechas de arriba y abajo sufran un poco.
El touchpad por el contrario, es destacable, sobre todo para el tamaño al que los ingenieros de Samsung se han visto obligados a reducirlo. El tacto y la respuesta táctil es notable, y aunque aquí como siempre un mayor tamaño hubiera sido de gran ayuda, el propio diseño del dispositivo hacía difícil mejorar en este apartado.
Como ocurre con otros tablets convertibles, el problema es que no están pensados para ser utilizados sobre las piernas. Al menos no si estamos sentados de forma normal: el mecanismo que permite conectar la tablet al teclado es perfecto cuando lo tenemos apoyado en una mesa, pero no lo es tanto al colocarlo sobre una superficie menos estable: ahí las limitaciones de un sistema de este tipo y de esa limitación de los dos ángulos es demasiado evidente. Así pues si sois de los que trabajáis a menudo con el portátil sobre las piernas, tenedlo muy en cuenta.
galaxy-tabpro-s-de-samsung
Donde sí nos llevamos una alegría fue en la autonomía de la batería, que rondó desde luego las 10 horas de las que nos hablaba el fabricante y que con un uso más comedido seguramente pueda extenderse a las 12 horas. El soporte de carga rápida también es una característica digna de mención, y es posible recargar el equipo totalmente en unas dos horas y media, aunque para cargar la mitad de la batería solo necesitaremos apenas 30 minutos.
Samsung Galaxy TabPro S, la opinión y nota de Xataka
El intento por reconvertir los tablets en dispositivos en los que sea posible además producir de forma cómoda es elogiable, y de hecho creo que este formato tiene un nicho claro de usuarios en los que eso sí, predomina el uso del formato tablet sobre el del portátil. Las opciones de productividad están ahí si queremos aprovecharlas gracias a Windows 10, pero el teclado, pese a estar incluido en el precio, no cumple con las expectativas si uno va a hacer un uso extensivo de este equipo en formato tablet.
Creo sinceramente que para una orientación hacia la productividad es mucho más recomendable contar con un teclado rígido, y aquí los portátiles y Ultrabooks convencionales e incluso los portátiles convertibles aciertan plenamente a la hora de cubrir esa necesidad. La cosa se hace especialmente cierta precisamente en entornos en los que Samsung quiere dirigir esta solución: las empresas.
Si yo fuera un empleado de una empresa y tuviera que producir con cierta frecuencia con ratón y teclado seguramente agradecería lo compacto y ligero de este dispositivo, pero echaría demasiado de menos un teclado y un touchpad al uso. Es evidente que uno puede solventar ese apartado conectando el tablet a un monitor (primero tendréis que comprar un adaptador o un Dock adecuado, claro), teclado y ratón opcionales, pero aún así el Ultrabook y el portátil (convertible o no) surgen con fuerza en ese terreno.
Al Samsung Galaxy TabPro lo condenan eso y errores como los que afectan a su único puerto USB-C -algo que ya criticamos en el MacBook de Apple- o a ese misterioso sistema de gestión del brillo de pantalla al que no nos hemos acabado de acostumbrar. Aun solucionando este último apartado -suponemos que una actualización del software llegará en algún tiempo- no creemos que el equipo cumpla las expectativas de los que realmente buscan producir en un equipo portátil.
Si para vosotros el consumo de contenidos predomina claramente sobre la producción de los mismos, puede que evidentemente esta sea una buena alternativa, pero aquí nos preguntamos si en ese caso no tendrá más sentido un tablet (puro o convertible) más pequeño y compacto, e incluso alguno basado en Android o iOS en los que precisamente ese factor de consumo de contenidos es claro protagonista.
7,9
A favor
- Su pantalla tiene un brillo y contraste fantásticos
- Autonomía realmente destacable
- Buen rendimiento en un equipo fanless al fin
En contra
- Un solo puerto USB-C no es suficiente
- La gestión del brillo de la pantalla causa molestias
- El teclado no es retroiluminado y solo permite dos ángulos de soporte
El ordenador ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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La noticia Samsung Galaxy TabPro S, análisis: un convertible con luces y sombras fue publicada originalmente en Xataka por Javier Pastor .
Gracias a Javier Pastor
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