Hagamos un repaso rápido y aproximado de los tamaños de los televisores de nuestros salones.
- Principios de los 90: en torno a 21 pulgadas
- Finales de los 90: sobre las 28 pulgadas
- Primeros 2000: 32 pulgadas. Con la llegada de pantallas plasma y LCD se empiezan a ver más modelos de tamaño superior
- Finales de los 2000: 37 y 40 pulgadas, aupadas por la llegada de los paneles HD y primeros Full HD.
- Primeros 2010: se estandarizan las 42 pulgadas.
- Mediados de los 2010: se asientan las 50 pulgadas.
- Finales de los 2010: 55 pulgadas.
- Primeros 2020: se mantienen las 55 pulgadas, pero van asentándose las 65 pulgadas, además de ver cada vez más modelos (y más asequibles) de 75 pulgadas o más.
Siempre los hubo más pequeños y más grandes, pero en general entendemos que esta es una aproximación correcta a los paneles de nuestros hogares.
El crecimiento ha sido sostenido, la pregunta es si sigue siendo sostenible. No nos referimos a ninguna cuestión ambiental, sino a puramente una cuestión de límites físicos.
Tres problemas iniciales
Un televisor de 65 pulgadas tiene unas dimensiones de 80 x 145 cm, aproximadamente. Uno de 75 pulgadas crece hasta los 94 x 165 cm. Si seguimos haciendo crecer el panel hasta las 85 pulgadas ya nos vamos hasta 105 x 189 cm.
Según vamos aumentando las dimensiones, empiezan los problemas. Concretamente en dos lugares: el ascensor, y la pared. Por no mencionar, por supuesto, las distancias.
En el caso del ascensor, para quien vive en vertical, supone el problema de cómo hacerla llegar a casa sin necesitar una grúa para meterla por el balcón. Quien escribe estas líneas compró una de 75 pulgadas y vio cómo la caja podía entrar en la cabina del elevador... pero con bastante menos margen del que pensaba que tendría. ¿Qué hubiese ocurrido con diagonales superiores? A partir de un momento dado hubiese llegado el jarro de agua fría previo a la búsqueda de soluciones tan creativas como peligrosas para la integridad del panel.
En el caso de la pared, por los límites que tiene para acoger un rectángulo que la tape sin que entre en conflicto con elementos mobiliarios. Y estos se pueden quitar o reubicar, pero hay paredes en las que directamente es inviable superar ciertos tamaños como los que estamos superando ya. Al fin y al cabo, llevamos años avisando nuestros televisores son cada vez más grandes, pero nuestras casas no.
Y por último, la distancia. Quienes tienen televisores de más de 7o pulgadas (o más de 55 hace unos años) seguramente han escuchado frases como "te has pasado macho, esto es demasiado grande" por parte de quienes lo veían por primera vez. Eso suele desvanecerse rápido y nos acostumbramos a los paneles grandes.
El problema es que nuestro ojo también tiene límites. No es tan sencillo como fijar una distancia y una diagonal, sino que también intervienen el ángulo de visión o la resolución del contenido que vayamos a ver. Podemos guiarnos por esta tabla que preparó nuestro compañero Enrique Pérez. La explicación de los ratios está en el artículo enlazado en este párrafo:
|
RATIO 1,2 (CINE 4K - 40º) |
RATIO 1,6 (4K - 30º) |
RATIO 2,5 (1080P - 20º) |
---|---|---|---|
40" |
1,2 m |
1,6 m |
2,5 m |
43" |
1,3 m |
1,7 m |
2,7 m |
50" |
1,5 m |
2 m |
3,1 m |
55" |
1,7 m |
2,3 m |
3,5 m |
65" |
2 m |
2,6 m |
4,1 m |
75" |
2,3 m |
3 m |
4,7 m |
85" |
2,6 m |
3,4 m |
5,4 m |
98" |
3 m |
4 m |
6,2 m |
Aquí se aprecia con claridad cómo la distancia desde nuestro sofá, por mucho que nos empeñemos, difícilmente puede crecer como para encajar ciertos paneles. Especialmente a partir de los tamaños que estamos empezando a estandarizar.
No lo decimos nosotros: Nacho Monge, Division Head de Consumer Electronics en Samsung, nos dijo hace unas semanas que el televisor típico hasta el año pasado era de 55 pulgadas, pero que "hoy en día 65 pulgadas se le está acercando y parece que en un par de años podría establecerse como tamaño estándar".
Todavía hay margen para incrementos, pero ese crecimiento no será indefinido. En algún momento asomarán demasiados de los problemas mencionados y tocará pensar alternativas.
Una opción podría ser cambiar de concepto y pasar de los televisores tradicionales a abrazar los proyectores, pero al mismo tiempo que solucionan ciertos problemas, traen otros nuevos. O bien ver otro tipo de soportes, como los televisores enrollables si consiguen evolucionar correctamente.
O eso, o asumir que llegamos a un tope en el tamaño y simplemente toca enfocarse en mejorar la resolución o la tecnología de imagen. O pensar en la realidad virtual, aunque de momento es demasiado aislante como para pensar en que reemplace a un dispositivo muy usado para ver contenidos en grupo.
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La noticia Los televisores llevan décadas creciendo, pero están empezando a llegar a su límite fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .
Gracias a Javier Lacort
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