Al principio llegaban de uno en uno, después en parejas y, desde el año pasado, son tres los iPhone que presenta Apple en su evento de septiembre. Por un lado tenemos la parejita: los iPhone 11 Pro y Pro Max, la apuesta más avanzada que llega en dos tamaños. El tercero en discordia es el iPhone 11, el más básico de su oferta (si es que básico es la palabra para definirlo) y protagonista de este análisis.
El sucesor del iPhone XR llega con una cámara doble que apuesta por el gran angular y deja a un lado el zoom, el mismo procesador que los modelos 'pro', un diseño más desenfadado en nuevos tonos y, sobre todo, un precio mucho más atractivo. En nuestras primeras impresiones ya vimos que tiene muchas papeletas para convertirse en el iPhone superventas de este año. Veamos qué tal responde en un análisis a fondo.
iPhone 11, especificaciones técnicas
iPhone 11 |
|
---|---|
Pantalla |
IPS LCD 6,1" |
Procesador |
Apple A13 Bionic, 7nm+ |
RAM |
4 GB |
Almacenamiento |
64 / 128 / 256 GB |
Dimensiones y peso |
150,9 x 75,7 x 8,3 mm |
Software |
iOS 13 |
Cámaras traseras |
Principal: 12MP, f/1.8, 26mm, OIS, QuadLED flash |
Cámara frontal |
12MP, f/2.2, TOF 3D, slow-motion |
Batería |
Carga rápida 18W (cargador no incluido) |
Otros |
WiFi 6, BT 5.0, NFC, GPS, dualSIM, eSIM, altavoces estéreo Dolby Atmos, reconocimiento facial, resistencia al agua IP68 |
Precio |
Desde 809 euros |
Apple iPhone 11 (64 GB) - de en Malva
Diseño: un frontal de sobra conocido y una trasera renovada
El diseño de los iPhone ha cambiado bastante con el paso de los años, pero lo ha hecho de forma gradual, con unos pocos puntos de inflexión en el camino, casi como si de periodos artísticos se tratara. El iPhone 4 marcó el primero de estos periodos con aquel diseño de bordes rectos y trasera de cristal. Después llegó el iPhone 6 con sus bordes curvados y se mantuvo hasta los iPhone 7. El último gran rediseño llegó de la mano del iPhone X, periodo en el que todavía nos encontramos.
El diseño del iPhone 11 no ha cambiado mucho con respecto al iPhone XR. De hecho, las dimensiones y peso son exactamente las mismas. Es un móvil algo pesado y ancho, no es algo exagerado pero sí un poco más de lo que nos gustaría. El motivo de que la anchura sea mayor de lo esperado no es otro que los marcos, más prominentes que en sus hermanos 'pro', algo que ya vimos el año pasado con el iPhone XR.
El frontal es clavado al del modelo anterior: un marco uniforme rodeando todo el terminal y el notch en la parte superior. Como decía, los marcos son bastante anchos, lo que provoca que la anchura total del dispositivo aumente y el manejo a una mano se complica. Mis dedos son relativamente largos y me cuesta alcanzar el extremo opuesto del panel con el pulgar, obligándome a recolocar el móvil sobre la palma para poder llegar a ese icono que se resiste. Además, a veces (no muchas) estas acrobacias hacen que pulse la pantalla accidentalmente con la base del pulgar.
IPHONE 11 |
IPHONE XR |
SAMSUNG GALAXY S10 |
SONY XPERIA 5 |
HUAWEI P30 |
LG G8S |
XIAOMI MI 9T PRO |
|
---|---|---|---|---|---|---|---|
PANTALLA |
6,1 pulgadas |
6,1 pulgadas |
6,1 pulgadas |
6,1 pulgadas |
6,1 pulgadas |
6,21 pulgadas |
6,39 pulgadas |
PORCENTAJE FRONTAL |
79.0% |
79.0% |
88,3% |
80,9% |
85,8% |
82% |
86,1% |
DIMENSIONES |
150.9 x 75.7 x 8.3 mm |
150.9 x 75.7 x 8.3 mm |
149.9 x 70.4 x 7.8 mm |
158 x 68 x 8.2 mm |
149.1 x 71.4 x 7.6 mm |
155.3 x 76.6 x 8 mm |
156.7 x 74.3 x 8.8 mm |
PESO |
194 g |
194 g |
157 g |
164 g |
165 g |
181 g |
191 g |
BATERÍA |
Por determinar |
2.942 mAh |
3.400 mAh |
3.140 mAh |
3.650 mAh |
3.550 mAh |
4.000 mAh |
Datos de porcentaje de frontal GSMArena
Como decía, el iPhone 11 empata en tamaño, peso y aprovechamiento del frontal con su predecesor, el iPhone XR. Sin embargo, al enfrentarlo a otros modelos con paneles similares, queda claro que hay margen de mejora tanto en el peso como en la anchura. Solo los LG G8S lo supera y el Xiaomi Mi 9T Pro se acerca pero es debido a que sus pantallas son más grandes.
Pasamos a la trasera y aquí es donde nos encontramos con el principal cambio: el módulo de cámara. Como ya comenté en las primeras impresiones, reconozco que la solución por la que ha optado Apple es mucho más estética que lo que vimos en aquellos renders filtrados hace meses. Queda mucho mejor, sí, pero tampoco es un alarde de buen gusto.
A nivel estético, el módulo cuadrado queda bastante tosco y nos hace preguntarnos si no habría quedado mejor un módulo vertical (similar al de los iPhone X y Xs), dejando el flash y el micrófono fuera, al mismo nivel que el resto de la trasera. En cualquier caso, el hecho de que hayan usado el mismo cristal pero con acabado mate queda realmente bien y aligera la carga visual de ese cuadrado tan grande. Yo sólo espero que no lo copien hasta la saciedad como pasó con el notch (qué bonito es soñar). Ahora que nos habíamos acostumbrado a la muesca, llegan los módulos de cámara cuadrados.
Por otro lado, el módulo sobresale, no mucho pero sí lo justo para que el teléfono 'baile' cuando lo colocamos sobre la mesa, pero es que además también sobresalen las lentes. De nuevo, el 'bump' es mínimo pero hace que la lente sea lo primero que apoya al dejar el móvil en una superficie. Colocar una funda evita el problema, si es que quieres ponerla, claro.
Con respecto a materiales, tenemos un marco metálico con acabado mate rodeando el terminal y las dos caras recubiertas de cristal. Por cierto, que el cristal de la trasera no resulta nada resbaladizo y eso nos hace ganar confianza en el agarre al realizar las acrobacias que decíamos antes. La novedad de esta generación viene con los colores (el malva que hemos analizado es precioso) y con el hecho de que la manzana se ha situado un poco más abajo, justo en el centro. Por cierto, una novedad que no se ve: la resistencia al agua sube a IP68, aunque los daños por agua siguen sin estar cubiertos por la garantía.
Por último, los botones y puertos se mantienen sin apenas cambios. El botón de encendido está a la derecha, un pelín alto quizás pero accesible tanto con el pulgar si lo tenemos en la mano derecha como como con el índice si lo tenemos en la izquierda. Las teclas de volumen se sitúan en el marco izquierdo, justo debajo del interruptor de silencio. La pulsación es buena, sin crujidos ni resistencia excesiva, y se les ha dado el mismo acabado que al marco. El puerto Lightning se sitúa centrado en el borde inferior, flanqueado por las rejillas del altavoz, y la bandeja SIM está en el borde derecho, cerca de la esquina inferior.
Pantalla: repitiendo una fórmula algo justa, pero que funciona
Ya hemos visto que el iPhone 11 repite tamaño y peso, pero ahí no queda todo. También repite con la misma pantalla, una IPS de 6,1 pulgadas con resolución 1.792 x 828 píxeles. Esta configuración nos da una concentración de 326 píxeles por pulgada, la densidad que Apple bautizó como 'Retina' con el iPhone 4. Actualmente, los iPhone 11 Pro tienen una densidad de 458 puntos por pulgada, pero el modelo base sigue en cifras de 2010.
Ojo porque esto no significa que tengamos problemas de nitidez en el iPhone 11. De hecho, la definición del panel sorprende teniendo en cuenta la relación entre resolución y diagonal. Los bordes de los iconos y los textos pequeños, donde más se suele notar esa falta de densidad, se ven totalmente nítidos y sin efecto 'sierra'. Con todo, eso no quita que habría estado bien tener más densidad.
La pantalla tiene un tono algo frío que se nota sobre todo en los blancos, pero se solventa si activamos True Tone ya que consigue un blanco más neutro y tonos fieles. No hay quejas en cuanto a la saturación y el contraste es bastante alto. El nivel de brillo máximo se mantiene en 625 nits, correcto para una buena visibilidad en exteriores, aunque no sorprendente.
El menú de configuración de pantalla es bastante parco en opciones, aunque este año tenemos una novedad: el modo oscuro. Si la pantalla fuera OLED quizá notaríamos algún impacto en la autonomía (o quizás no porque el fondo de muchos menús no es negro puro, sino gris), pero al ser LCD la única forma de reducir el consumo es bajando el brillo.
Hablando de brillo, desde Ajustes o el Centro de Control podremos ajustar el nivel, pero si queremos activar el brillo automático para que vaya ajustándolo según la luz ambiente, hay que ir al final del menú de Accesibilidad y después al submenú Pantallas y tamaño de texto. No tiene mucho sentido colocar este ajuste en este menú tan oculto, pero ahí está desde iOS 10.
Muy bien la sensibilidad táctil en general y también respuesta de Haptic Touch, función que este año sustituye a 3D Touch en toda la gama, por lo que el iPhone 11 no queda en desventaja como sí quedaba el XR con respecto a los Xs. Destacar también que tenemos doble toque para encender la pantalla y levantar para activar.
Sonido: estéreo vitaminado con Dolby Atmos
Una de las novedades de los iPhone de este año fue el sonido Dolby Atmos. Según dice Apple en su página web, con esta mejora "El sonido circula a tu alrededor en un espacio 3D. Te sentirás en el centro de la acción". ¿Es realmente así? Bien, es cierto que el sonido adquiere un ligero efecto atmosférico, pero de ahí a hablar de sonido envolvente hay un trecho.
El altavoz principal se sitúa en una de las rejillas del borde inferior, la que está a la derecha del puerto Lightning. Este es el que tiene mayor volumen, mientras que el secundario, situado en auricular que encontramos en el notch, tiene un volumen más bajo. La combinación de ambos nos da ese efecto atmosférico del que hablaba.
El sonido es claro y está bien dirigido, aunque no recomiendo llevarlo al máximo ya que distorsiona un poco. Lo mejor es dejarlo en torno al 75% ya que da más que de sobra para usar el móvil como altavoz y el sonido no sufre. La experiencia es buena tanto escuchando música como en vídeos o juegos, pero si queremos mayor nitidez y un sonido más rico en matices, siempre es mejor tirar de auriculares.
Apple incluye unos Earpods en la caja con conector Lightning, pero ya no tenemos el adaptador de minijack para poder usar otros auriculares. En cuanto a opciones de configuración, el apartado de Sonidos y Vibraciones no nos permite ajustar nada relacionado con el audio más allá de elegir los tonos de llamada, lo más parecido que tenemos es el ecualizador de la app Música, donde tenemos una larga lista de presets.
Rendimiento: un millón de millones de operaciones por segundo para que todo fluya
Con cada nueva generación de iPhone, Apple introduce una nueva evolución de su procesador y este año le ha tocado el turno al Apple A13 Bionic. Es un chip de 7 nanómetros+ (sí, con apellido), formado por cuatro núcleos de alta eficiencia y dos núcleos de alta potencia, por lo que hablamos de un hexacore. Además, cuenta con una NPU de ocho núcleos y 8.500 millones de transistores. Todo esto le permite realizar un billón de operaciones por segundo, o lo que es lo mismo, un millón de millones. Casi nada.
El iPhone 11 está al nivel de sus hermanos mayores en este punto, pero también en la RAM. Si el año pasado el XR se conformaba con 3 GB de RAM, este año toda la línea iPhone 11 cuenta con 4 GB. Sigue siendo una cifra que no se acerca a lo que estamos viendo en gama alta Android, donde los 8 GB son comunes y los 12 GB ya no son una rareza, pero en la práctica no hemos echado en falta más GB. La duda es como envejecerán.
No hay lag ni cierres en el día a día. Las tareas sencillas se ejecutan con total fluidez, y lo mismo sucede con las más exigentes. Juegos con gráficos complejos como Oceanhorn 2, edición de vídeos 4K, apretarle las tuercas a la multitarea... Sí he detectado algunos tirones al crear animojis, aunque luego el vídeo resultante se reproduce bien. Tampoco ha habido calentamientos alarmantes al pasar largos periodos jugando o con la cámara. Sólo en el test benchmark de AnTuTu notamos que la temperatura subía más de lo normal, pero sin llegar a resultar desagradable.
iPHONE 11 |
iPHONE 11 PRO |
iPHONE XR |
SAMSUNG GALAXY NOTE 10+ |
ONEPLUS 7 PRO |
HUAWEI P30 PRO |
|
---|---|---|---|---|---|---|
PROCESADOR |
Apple A13 Bionic |
Apple A13 Bionic |
Apple A12 Bionic |
Exynos 9825 |
Snapdragon 855 |
Kirin 980 |
RAM |
4 GB |
4 GB |
3 GB |
12 GB |
12 GB |
8 GB |
ANTUTU |
440.421 |
409.070 |
227.033 |
340.698 |
376.968 |
261.115 |
Face ID gana rapidez con iOS 13
Apple eliminó TouchID con el iPhone X e introdujo Face ID, el sistema de desbloqueo facial que se sigue manteniendo como único método de desbloqueo biométrico en el iPhone 11. El proceso de registro continúa siendo igual: el asistente nos pide que hagamos un movimiento circular con la cabeza varias veces y nuestra cara queda grabada. Tampoco hay novedades en el menú Ajustes, donde podemos elegir en qué apps y servicios usar Face ID o activar opciones como 'Requerir atención'.
El desbloqueo con Face ID es más rápido, aunque ya lo era por lo que no esperes una diferencia abismal. Es una mejora de iOS 13, pero también puede que el motor neural del nuevo Apple A13 ayude a dar ese plus de velocidad. En cualquier caso, el sistema funciona muy bien en casi cualquier ambiente, incluso a oscuras, la pega es que no nos detecta si lo tenemos sobre la mesa.
La tecnología de Face ID también se aprovecha para los Animojis y los Memojis, avatares que podemos personalizar a nuestro gusto. El creador de Memojis nos deja seleccionar el tono de piel, forma de la cabeza, cejas, color y forma de ojos, pelo y hasta accesorios. Después podemos enviar por mensaje una de las reacciones que se graban automáticamente o hacer un vídeo nosotros mismos.
Como decía en el apartado anterior, la grabación de vídeos con Animojis o Memojis es una de las pocas tareas donde sí ha habido cierto lag. Al grabar y reproducir antes de enviar hay saltos y tirones en la imagen y una vez enviado hay veces en las que, el animoji se mueve, pero aparece como una especie de capa adicional debajo. Probablemente sea un tema de software ya que con otras tareas pesadas no hay problema, pero en este caso me ha sucedido varias veces.
Autonomía: uno de sus fuertes, pero sin carga rápida pierde puntos
La autonomía ya era uno de los puntos fuertes del iPhone XR y con el iPhone 11 nos aseguran una hora más de autonomía. Sin embargo, como de costumbre, Apple no ha ofrecido detalles sobre la capacidad de la batería del iPhone 11 así que tenemos que fiarnos de lo que nos cuenta la compañía.
En la práctica, esa hora extra no supone un cambio notable con respecto al modelo del año anterior, que como decía ya tenía una muy buena autonomía. La experiencia con el terminal estos días ha sido buena en este sentido. En días de uso intenso en los que he tirado mucho de redes móviles y cámara, al llegar a casa por la tarde-noche todavía tenía carga suficiente como para no visitar el enchufe hasta irme a la cama. La media de pantalla encendida ha sido de unas 5-6 horas, que no está mal. Lo normal es cargar el móvil cada día y medio, aunque usando redes WiFi y sin dar un uso muy intensivo, es posible quedarse cerca de las dos jornadas. Como siempre, depende del uso.
Si la autonomía es un punto positivo, la carga es un aspecto negativo. El iPhone 11 es compatible con carga rápida de 18W, el problema es que el cargador que viene en la caja es el de 5W, el más básico y que venimos usando desde hace más de una década. En nuestras pruebas, con media hora de carga llegamos al 18%, con 1 hora al 35% y para la carga completa hay que esperar nada menos que 3 horas y 10 minutos.
También probé a cargarlo con un cargador de iPad de 12W y la cosa cambia. En media hora llegamos al 25%, en 1 hora alcanzamos el 65% y para la carga completa hay que esperar poco más de dos horas. El problema es que no todos tenemos un cargador más rápido en casa y el que viene en la caja es tan lento que prácticamente nos obliga a hacernos con uno, que por cierto cuesta 35 euros. No nos vamos a arruinar, pero teniendo en cuenta que los iPhone 11 Pro lo llevan y el precio que tiene el iPhone 11, no se entiende que siga llevando un cargador desfasado.
Luego está el tema de si 18W se puede considerar carga rápida cuando terminales de gama media ya cargan más rápido y hay sistemas de carga de 40W o más en gamas altas. A ver si en la próxima generación por fin vemos un salto en este apartado.
Software: iOS 13 se viste de (casi) negro
No hay nuevo iPhone sin una nueva versión de iOS, y viceversa. Tras varios meses de betas, iOS 13 por fin se presenta en sociedad de la mano de los iPhone 11. La última gran actualización del sistema trae bastantes novedades, muchas de ellas estéticas por lo que es una de esas actualizaciones que se nota. Empecemos por la que seguramente la novedad más importante: el modo oscuro.
Lo de los modos oscuros está de moda. Lo llevamos viendo llegar a muchas aplicaciones desde hace tiempo y los sistemas operativos eran el paso lógico. Android 10 lo tiene y la apuesta de Apple también. Lo podemos activar desde Ajustes - Pantalla y brillo o, si queremos tenerlo más a mano, añadiendo el toggle correspondiente en el Centro de Control.
Igual que en Android, el modo oscuro permite su activación manual o automática. Es decir, que la interfaz conservará su aspecto claro durante el día y se oscurecerá al ponerse el sol. Si lo deseamos también podemos definir un horario.
Con el modo claro, iOS tiene el aspecto de siempre. En el menú Ajustes tenemos un fondo gris claro con un fondo blanco para los distintos bloques de funciones disponibles. Apps como Calendario o Notas también tienen fondo blanco y el teclado también apuesta por una combinación gris/blanco.
Cuando activamos el modo oscuro, pasamos a una combinación de negro y gris. En Ajustes, lo que antes era gris claro ahora es negro puro, y lo que era blanco es gris. Lo mismo sucede con el resto de aplicaciones del sistema, teclado incluido. Un detalle llamativo es que el fondo de pantalla también se oscurece un poco para conseguir un look más uniforme.
Personalmente, el modo oscuro me resulta más agradable a la vista y lo he mantenido activado prácticamente durante toda la prueba. Esta es una de sus ventajas, la otra es ahorrar batería pero aquí hay dos detalles a tener en cuenta. El primero es que el iPhone 11 tiene pantalla LCD por lo que en este caso solo ahorramos batería si bajamos el brillo. El segundo es que el modo oscuro de iOS 13 no es completamente negro y tampoco apaga los diodos en paneles OLED. Al final, como digo, es una cuestión más estética y de comodidad.
Otra de las novedades de iOS 13 es el teclado deslizante, una opción que suele ser habitual en otros teclados como Swiftkey o GBoard. Funciona bien, pero acostumbrada a usarlo constantemente con GBoard, la experiencia no me resulta tan fluida, no por un tema de lentitud o falta de sensibilidad, sino porque el sistema predictivo no siempre acierta. Con GBoard, si me equivoco y no hago el gesto perfecto suele "adivinar" lo que quiero decir, pero en iOS 13 me toca borrar y repetir bastantes veces
El menú Compartir es otra de las áreas que ha recibido un lavado de cara. Ahora tenemos una nueva estructura dividida en dos bloques: arriba iconos de las apps colocados en un carrusel horizontal y abajo, en una lista vertical, acciones como copiar foto, duplicar, ocultar o asignar a contacto.
Los dos bloques se pueden personalizar para poner primero aquellas opciones que más usemos, aunque no nos deja eliminar muchas de ellas. Tampoco podemos quitar el icono de Airdrop ni moverlo a otro sitio. A pesar de estos detalles, es posible dejar este panel a nuestro gusto. De hecho recomiendo dedicar unos minutos a hacerlo ya que después nos ahorrará bastante tiempo.
Otro apartado que ha sido rediseñado y vitaminado es el editor de imágenes. Ahora podemos elegir una buena variedad de ajustes que se muestran como un carrusel de pequeños iconos. Entre las opciones tenemos básicas como exposición o contraste y otras más específicas como punto negro, reducción de ruido o degradado. Durante estos días he usado el editor nativo y no he echado en falta usar otras apps salvo para un caso en el que quería un filtro de VSCO concreto.
El editor de vídeos es el que más cambios sufre, y para bien. Antes solo nos dejaba cortar el clip, pero ahora llegan un montón de herramientas de edición de imagen, casi como si fuera el editor de fotos. Tenemos opción de cambiar exposición, contraste, brillo, punto negro, saturación, vivacidad y mucho más. iOS 13 no quiere que usemos apps de terceros, ya nos da todas las herramientas necesarias. Muy bien aquí.
iOS 13 también cambia el sistema de permiso de localización y lo hace más estricto. Ahora, cuando damos permiso a una app, se abre un cuadro de diálogo que nos pregunta si queremos dar acceso a la ubicación cada vez que se use la app, solo una vez o no permitir. Desde Ajustes podemos consultar qué permisos hemos dado a cada app y, si queremos, modificar nuestra elección. Por cierto, la opción de Localización sigue enterrada en los menús y no es la única, también pasa con Brillo Automático. ¿Lo había dicho ya? 🤔
Y no hay que olvidar uno de los grandes cambios que llegan con la gama iPhone 11: 3D Touch desaparece y ahora nos quedamos con Haptic Touch (aunque en el iPhone 11 no es un cambio radical ya que la anterior generación tampoco lo tenía). El sistema funciona muy bien, pero entra en conflicto con la clásica pulsación larga para eliminar o reorganizar apps ya que ahora lo que pasa es que se abre un menú contextual.
Si seguimos manteniendo, los iconos empiezan a temblar y podemos borrar o mover apps, también podemos acceder a esta interfaz si pulsamos en 'Reorganizar apps', una opción que ahora está presente en todos los menús contextuales y prueba de que es una solución algo confusa. Te acabas acostumbrando pero al principio choca.
¿Y qué apps trae instaladas iOS 13? Cuando encendemos el móvil nos encontramos con dos páginas de iconos (aunque no están llenas) de las apps habituales de la plataforma. No hay novedades destacadas y seguimos teniendo la opción de eliminar muchas de ellas, aunque no se borran sino que se ocultan.
El sistema de Apple mantiene muchas de las funciones ya conocidas de anteriores entregas como el asistente Tiempo de Uso, que nos recuerda cuánto tiempo hemos pasado usando el móvil, desglosado por categorías de apps. Tenemos un widget en la pantalla 'Hoy' para comprobarlo rápidamente sin tener que acceder a Ajustes. Por supuesto, no podía faltar el asistente Siri, que también ha mejorado con iOS 13. En la prueba ha respondido muy bien a nuestras órdenes y el 'Oye Siri' despierta el terminal muy rápido.
Con respecto a la personalización, iOS se ha ido abriendo poco a poco y nos deja editar cosas aquí y allá, un ejemplo son los widgets o las opciones de ajustar el orden del menú compartir. Pero sigue siendo un entorno cerrado y hay muchas cosas que no podremos hacer. También hay algunos detalles difíciles de entender a estas alturas como que tengamos que dejar apps abiertas para que se suban archivos o que haya ajustes escondidos en menús donde, a priori, no tiene demasiado sentido colocarlos.
Un aspecto que ha mejorado con los años pero que todavía necesita trabajo es en las notificaciones. La cortina de notificaciones muestra, por fin, los avisos agrupados por apps, pero solo lo hace con las notificaciones "antiguas", las nueva siguen saliendo sueltas en la parte superior. Pero lo que más me molesta es la forma de descartar las notificaciones rápidamente. Si deslizamos hacia la izquierda abrimos la notificación, pero si deslizamos a la derecha, en lugar de borrarlas nos muestra tres opciones: Gestionar, Ver o Borrar. Para borrar directamente hay que hacer un gesto más largo, tanto que cuesta hacerlo si usamos el móvil con las dos manos, a una mano es directamente imposible para mí.
Para cerrar, comentar que no he detectado bugs con iOS 13 más allá de algún cierre esporádico con Twitter y Telegram. El sistema corre fluido y sin lag o cortes en las animaciones.
Cámaras: dos ojos que ven más que nunca
La cámara doble era ya habitual en los iPhone pero es la primera vez que el iPhone básico se beneficia de ella. No solo eso, también es la primera vez que la doble cámara deja de lado el ya clásico zoom 2x y en su lugar nos trae justo lo contrario: un ultra gran angular de 0,5x.
La elección del angular sobre el zoom me parece totalmente acertada, aunque reconozco que esto es un tema subjetivo. Me encanta el zoom, pero un 2x no da tanto juego como la lente angular, al menos en el tipo de fotografía que suelo hacer (paisajes y escenas urbanas). Si estuviéramos hablando de un zoom 5x como el del Huawei P30 Pro o el OPPO Reno 10x Zoom sería una ausencia muy notable, con dos aumentos, creo que se puede vivir sin él perfectamente.
Antes de entrar a analizar la nueva app de cámara, no está de más repasar el hardware que nos ofrece este iPhone 11. La lente principal es gran angular con una apertura f/1.8, mientras que la secundaria es ultra gran angular y su apertura se cierra hasta f/2.4. Los dos sensores son de 12 megapíxeles, pero sólo el principal cuenta con estabilización óptica (OIS), el ultra angular usa un sistema de estabización electrónico (EIS), que por cierto funciona que da gusto (más adelante lo vemos).
En la cámara delantera contamos con un sensor de 12 megapíxeles con lente de apertura f/2.2 y estabilización electrónica. Igual que las cámaras traseras, es capaz de grabar vídeos 4K hasta 60 fps y cámara lenta a 120 fps para conseguir los famosos "slofies". La trasera además graba en cámara lenta a 240 fps.
El hardware se renueva, incluyendo el procesador Apple A13 con el motor neuronal, pero a su vez llega acompañado de novedades a nivel software encargadas de mejorar los resultados. Es el caso de la tecnología Deep Fusion que captura ocho imágenes con varias exposiciones y las une para mejorar el rango dinámico de la toma. Lo curioso de esta tecnología es que empieza a capturar las fotos antes incluso de que pulsemos el obturador, es decir, que está trabajando todo el tiempo.
App de cámara
La nueva cámara también trae una app de cámara rediseñada. La interfaz mantiene la esencia que ya conocíamos, pero introduce muchos cambios que vale la pena comentar. Dentro del modo de foto, si nos fijamos en la parte superior veremos que han desaparecido muchos de los controles que teníamos antes, dejando únicamente el flash a la izquierda, a su lado el modo noche (si la escena lo requiere) y el botón de Live Photos a la derecha.
Además de estos iconos, hay una especie de flecha que, al pulsarla, despliega una barra de opciones sobre el botón disparador, en el mismo sitio donde están los modos de disparo. Aquí tenemos el flash, Live Photos, el formato (puede ser cuadrado, 4:3 o 16:9), el temporizador y los filtros. También es posible abrir esta barra haciendo swipe hacia arriba desde los modos de disparo (más cómodo que pulsar la flecha). Un detalle que podría mejorarse es que al sacar esta barra desaparecieran los botones de arriba ya que así flash y Live Photos quedan duplicados.
En otros modos de disparo tenemos la misma barra, pero las opciones que ofrece son distintas. Por ejemplo, en retrato (a la izquierda) tenemos la opción de ajustar el desenfoque de fondo y en vídeo solamente podemos elegir si activar o desactivar el flash. En el resto de modos esta barra no aparece.
Uno de los botones que no encontramos es el de HDR ya que no aparece si tenemos Smart HDR activado (si lo desactivamos sí aparece HDR entre estas opciones). ¿Y dónde está el Smart HDR? En Ajustes - Cámara, al final del todo. No es una opción que vayamos a tocar a todas horas en el uso diario, pero en el análisis he tenido que hacerlo bastante a menudo y os aseguro que es incomodísimo. Pasa lo mismo al cambiar la resolución de vídeo. ¿Para cuándo un acceso a los ajustes de cámara desde la app de cámara? Ni está ni se lo espera.
El paso de la lente angular a la gran angular funciona como ya habíamos visto en el zoom. Justo sobre el botón disparador tenemos un icono circular que indica en qué lente nos encontramos. Si hacemos tap sobre él, pasaremos de una cámara a la otra, pero si queremos elegir un punto medio podemos encontrarlo deslizando para que aparezca esta especie de rueda. También es posible hacer zoom digital hasta cinco aumentos.
Por último hablemos del modo noche, una de las grandes novedades de la cámara de los iPhone 11, pero que no se puede forzar manualmente, aparece cuando detecta una escena con poca luz. El modo noche se muestra con un icono resaltado en amarillo de la parte superior donde nos dice los segundos necesarios para la escena que estamos fotografiando. Si pulsamos en este icono se abre una barra donde podemos elegir si desactivarlo por completo o aumentar la exposición, pero nunca por encima de un valor concreto que varía según la toma.
Como decía al principio, a pesar de las novedades, la interfaz de la cámara conserva una estructura en la línea de lo que ya conocíamos. La navegación es cómoda y no hay problemas de fluidez reseñables. Por poner una queja, al pasar al modo retrato le cuesta un poco más que con el resto, pero no es ningún drama.
Cámaras traseras
La fotografía es ya el apartado clave en la gama alta y Apple lo sabe, por eso las mejoras más importantes de su última generación están en las cámaras. El iPhone 11 saca nota en prácticamente todas las condiciones, pero cuando más se luce es cuando usamos su lente principal. Más adelante compararemos los resultados con la lente angular, pero aquí es donde obtenemos el mayor nivel de detalle y también los colores más fieles.
En la imagen superior vemos como el detalle se conserva en toda la toma, desde el césped en primer plano hasta árboles y nubes del fondo. El trabajo que hace Smart HDR suele ser acertado, mantenerlo activado es muy buena opción.
En esta escena hay mayor complejidad debido a la mezcla de fuentes de luz. El detalle sigue bien marcado y el balance de blancos mantiene unas tonalidades fieles sin que las bombillas lleguen a crear una dominante amarilla demasiado marcada.
Volviendo al HDR, para entender el efecto que tiene sobre las imágenes lo mejor es ver varias imágenes enfrentadas. A la izquierda tenemos la toma sin HDR, seguida del HDR forzado manualmente y por último, a la derecha, con Smart HDR.
Lo que se observa en estas escenas es que la diferencia entre HDR forzado o Smart HDR es prácticamente nula. Solamente se nota un poco en el detalle de los árboles de la primera foto, pero hay que fijarse muchísimo. La diferencia con las fotos sin HDR es más evidente en las zonas quemadas del cielo en la primera y la tercera foto, pero en la segunda tampoco se aprecia cuanto apenas. Esto evidencia que solo entra en juego cuando la escena lo necesita y que el modo normal (sin HDR) hace un buen trabajo de rango dinámico.
Si sacamos la lupa, la nitidez se mantiene en su máximo nivel cuando las condiciones de luz son óptimas. La textura de la madera conserva todo su detalle y los textos tienen bordes muy definidos.
Esta foto fue tomada en el interior de un coche por la mañana. El movimiento del perro y el ligero contraluz complicaban un poco la toma pero a pesar de ello está muy bien resuelta y el detalle no ha sufrido cuanto apenas, incluso en las zonas de pelo donde la textura se vuelve más compleja.
Cuando la luz empieza a fallar, el detalle se resiente y al ampliar vemos como ya no hay esa nitidez tan marcada. También consigue contener bastante bien el ruido y no aparecen aberraciones cromáticas exageradas. Más adelante profundizaremos más en la fotografía nocturna.
Las fotos macro son un buen escenario para ver hasta dónde llega el detalle. Personalmente echo en falta una distancia mínima de enfoque algo más corta, pero cuando lo llevamos a ese límite conseguimos fotos muy llamativas, con un desenfoque muy natural. Siempre con la lente principal, claro.
Decía que la mejor calidad la obtenemos con la lente principal. ¿Significa eso que el angular nos da un mal resultado? No, pero queda un poco por detrás tanto en nitidez como en reproducción del color. Mejor lo vemos con algunos ejemplos.
En la primera foto, al sacar la lupa vemos que el detalle es mucho mejor. El texto es legible y la reproducción del color acertada. Por su parte, en la segunda foto el detalle se pierde hasta el punto de que el texto es ilegible y el color rojo de las canoas está más saturado. Quiero recalcar que estos problemas solo se aprecian al ampliar al 100% y el angular hace un muy buen trabajo, no llegando a sobresaturar tanto como algunos competidores (ejem, P30 Pro, ejem), pero siendo justos, no está al nivel de la cámara principal.
En escenas con menos luz seguimos teniendo buenos resultados, pero empiezan a verse diferencias más claras. Los textos pierden definición y el ruido es mayor. Con todo, insisto en que no hay una diferencia notable en términos de colores o exposición, algo que no es tan habitual en cámaras múltiples donde el salto de calidad es más evidente.
El angular consigue un resultado prácticamente a la par que la cámara principal si las condiciones son favorables. Como decía, al caer la luz es cuando se notan las debilidades. La deformación está ahí y hay que tenerla en cuenta sobre todo al fotografiar personas (si la cara está hacia el extremo del encuadre, no saldrá muy favorecida), pero no es exagerada.
Modo retrato
Como hemos visto en la app de cámara, el modo retrato sigue ocupando un lugar destacado en las opciones de cámara del iPhone 11. A pesar de no contar con el zoom 2x, la experiencia con esta opción es buena, aunque sigue teniendo margen de mejora en algunos puntos.
Si no lo tocamos, el desenfoque viene configurado en f/2.8 y suele ser un poco exagerado, pero queda bien si te gusta ese efecto. Lo bueno es que se puede editar a posteriori así que no supone un problema. El recorte de la figura es bueno, aunque vemos que se sigue comiendo algunos mechones de pelo.
Si el pelo es rizado, la detección del borde suele fallar y los errores se notan mucho más. Aquí volvemos a tener un desenfoque excesivo que evidencia todavía más los fallos del recorte. A la derecha se ha comido una parte muy grande del pelo y en general el recorte queda muy pegote. Insisto en que se puede editar y el resultado mejora, pero los errores de recorte no se pueden arreglar.
En escenas nocturnas, el modo retrato responde bastante bien y es fluido pese a que las condiciones puedan dificultar la detección de la figura. Los errores de recorte siguen siendo habituales pero no es algo exagerado. Eso sí, la calidad cae mucho y el ruido aparece con facilidad.
Apple sigue manteniendo seis modos de iluminación para los retratos. Si buscamos un resultado más natural, los tres primeros son los más adecuados (luz natural, de estudio o de contorno). Otros como luz de escenario o luz en clave alta, que sustituyen todo el fondo de la imagen, pueden funcionar pero hay que elegir muy bien el escenario o el efecto de pegote es exagerado.
Pero donde más necesita mejorar el iPhone 11 es en el retrato a animales u objetos. Es posible hacerlo y a veces se consiguen fotos tan interesantes como la que vemos sobre estas líneas, pero los fallos de recorte son mucho más habituales. Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo unos cuantos retratos que no salieron del todo bien:
Modo noche
Como el angular, el modo noche es una función que ya encontrábamos en algunos móviles de la competencia y a la que Apple ha terminado sumándose. La propuesta de Cupertino va en la línea de lo que vimos con Night Sight de Google o el modo noche de Huawei, es decir, que tira una foto de larga exposición para conseguir sacar luz donde no la hay. Ah y muy importante: el modo noche solo funciona en la lente principal, con el gran angular no es posible aplicarlo.
Como ya hemos visto en el apartado de app de cámara, el modo noche se activa de forma automática en escenas que lo necesitan. En el icono que aparece arriba a la derecha nos dirá los segundos que durará la toma, pero podemos ampliar la exposición si así lo deseamos. No hace falta usar trípode durante la exposición, pero hay que intentar mantener el móvil quieto lo máximo posible para evitar que la foto queda movida.
Esta foto fue tomada a las 7:22 de la mañana cuando el sol apenas había asomado por el horizonte. El modo noche consigue "iluminar" todo el primer plano de la foto y la zona de la casa y los árboles del fondo. Lo malo es que el cielo, que en realidad estaba apenas poniéndose anaranjado, y aparece completamente quemado.
Aquí otro ejemplo que evidencia que el modo noche consigue rescatar muy bien zonas oscuras, pero cuando hay fuentes de luz intensa se vuelve un poco loco. No se puede tener todo.
Para que se luzca el modo noche, lo más aconsejable es evitar zonas con altas luces o aparecerán quemadas. En esta escena ha hecho muy buen trabajo subiendo la iluminación, pero no llega a quemar nada y hasta se ve mucho detalle en el pelo del gato.
En cuanto al nivel de detalle, sorprende lo que podemos conseguir en escenas complejas como esta. El procesado contiene el ruido pero no llega a resultar agresivo hasta el punto de "borrar" el detalle. Si usamos la cámara angular que, como decía, no permite el modo noche la diferencia es abismal.
Aquí puede verse más detalladamente lo que consigue el modo noche en escenas de luz baja comparado con el modo automático. Habiendo probado otros de la competencia, el de Apple es bastante equilibrado tanto en el software de reducción de ruido como en la representación de los colores. Reduce ruido pero sin pasarse y no presenta aberraciones cromáticas exageradas.
Cámara selfie
Pasamos a la cámara selfie y aquí nos encontramos con unos resultados bastante consistentes en condiciones favorables. La reproducción del color es buena, nos da imágenes con gran nitidez y rango dinámico.
Aunque tenemos una sola lente, la cámara nos permite ampliar el encuadre para abarcar un área mayor. Esto viene especialmente bien en selfies de grupo, aunque yo también lo he usado en selfies individuales. No hay deformación ya que es un recorte sobre la propia imagen, por lo que la foto de encuadre más cerrado es más pequeña que la obtenemos con este modo angular.
Conseguir buenos retratos con la cámara delantera dependerá en gran parte de la iluminación y el fondo elegido. En bastantes casos nos devuelve un recorte muy artificial y los errores, sobre todo en zonas de pelo, son bastante comunes, aunque si bajamos la cantidad de desenfoque se disimula bastante bien.
Donde hay muchísimo margen de mejora es en el selfie nocturno. La caída de calidad es exagerada y no hace falta ampliar para ver que el ruido ha invadido la imagen. El flash de relleno puede ayudar, pero no hace milagros.
Vídeo
La grabación de vídeos también viene vitaminada en este iPhone 11. Ahora podemos grabar en 4K hasta 60 fps y tenemos la doble lente, por lo que tenemos más opciones a la hora de encuadrar. La cámara consigue vídeos con un gran rango dinámico y se adapta rápido cuando hay variaciones bruscas en la iluminación.
La estabilización es espectacular, sobre todo en el caso de la lente ultra angular. Todos los vídeos se grabaron a mano y hay momentos en los que casi parece que estemos usando un gimbal. La calidad de las tomas es muy buena, pero aquí es donde reside el verdadero punto fuerte de los vídeos del iPhone 11.
El paso de una lente a otra es suave, aunque se nota un ligero salto en la temperatura de color en algunas tomas. Un detalle a tener en cuenta: si empezamos a grabar con la lente principal no podremos pasar a la ultra angular si estamos grabando a 60 fps, pero sí es posible hacerlo a la inversa. Grabando a 30 fps nos deja pasar de una lente a otra sin problema.
El audio también merece una mención especial. Los iPhone tienen fama de ser de los que mejor registran el sonido y con el iPhone 11 se mantiene con muy buena nitidez y sin llegar a distorsionar incluso cuando el volumen es muy alto.
Por la noche la calidad cae de forma drástica y perdemos esa definición tan marcada de los vídeos diurnos. El ruido hace acto de presencia, especialmente si usamos la lente ultra angular, y en general el resultado es bastante más pobre.
Los vídeos en cámara lenta también dan buen resultado. Apple nos ofrece la opción de grabar a 120 o 240 cuadros por segundo, pero no se suma a frecuencias más altas como hemos visto en otros móviles Android. Los 240 fps son suficientes para conseguir ese efecto dramático, aunque se queda muy lejos de los 960 fps. Si usamos la lente ultra angular, la calidad se resiente, un poco en la línea de lo que hemos visto en otros modos.
Los vídeos con la cámara frontal están al mismo nivel de calidad que hemos visto con las fotos. Si la luz acompaña el resultado es bastante bueno a nivel de detalle, color y rango dinámico. Cuando cae la luz, la calidad se va con ella y el ruido es excesivo. Bastante bien la estabilización de imagen, que por cierto es electrónica, pero no llega al nivel de la cámara angular.
Por fin, hablemos de slofies, la novedad más útil de la cámara del iPhone 11. Es broma, no es útil, pero no diréis que los vídeos no son graciosos 😝
iPhone 11, la opinión y nota de Xataka
Apple lleva un tiempo coqueteando con la idea de lanzar un iPhone más básico. Lo vimos con los iPhone SE y los iPhone 5c, dos modelos que llegaron como actores secundarios pero con una idea clara: ofrecer la experiencia iPhone con algunos recortes y a precio un poco más bajos. Sin embargo, no hubo continuidad y los dos modelos quedaron casi como una anécdota en la historia de Apple.
Parece que la idea del iPhone básico por fin ha cuajado con el iPhone 11. Apple renueva la apuesta tras un iPhone XR que funcionó muy bien en ventas, y además lo hace dándole un mayor protagonismo con ese nombre más limpio, sin apellidos.
Toda la familia iPhone ha evolucionado mucho este año. Mientras que los hermanos mayores se hacen 'pro' y apuestan por esa cámara triple, el hermano pequeño también sube un peldaño y estrena la primera cámara doble de Apple que no tiene zoom. La elección del ultra angular es todo un acierto porque da mucho juego, aunque hemos visto que todavía tiene margen de mejora, sobre todo en condiciones de poca luz, al tiempo que nos deslumbra en el apartado de vídeo con una estabilización espectacular.
La llegada del modo noche es otro de los puntos clave a nivel fotográfico y prueba de que Apple se fija (y mucho) en la competencia. Pero llegar tarde no necesariamente significa estar por detrás. Habrá que enfrentarlo a otras opciones igualmente potentes, pero a priori parece que tiene mucho que decir en esa batalla nocturna.
El iPhone 11 nada tiene que envidiar a los 'pro' a nivel de potencia ni tampoco de autonomía (sí de ese cargador rápido incluido en la caja), pero sufre recortes importantes en apartados clave como la pantalla. Con todo, la experiencia multimedia es más que correcta, también en el audio. El diseño sí tiene cierto margen de mejora en cuanto a compactación y ese módulo trasero no es para todo el mundo, aunque hay que reconocer que se ha resuelto muy bien.
El precio, 809 euros para el modelo de 64 GB, es clave. No se puede calificar de barato, pero la diferencia con el iPhone 11 Pro es de 350 euros, suficiente para que ponga ojitos a muchos potenciales compradores. En definitiva, el iPhone más atractivo siempre que el zoom o la pantalla LCD no nos supongan un obstáculo insalvable.
9
A favor
- La estabilización de vídeo es espectacular.
- La combinación de angular y ultra angular da mucho juego.
- La fluidez general, el A13 Bionic vuela.
En contra
- El cargador incluido es de 5W.
- El selfie nocturno es muy mejorable.
- iOS madura pero sigue teniendo margen de mejora.
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La noticia iPhone 11, análisis: el iPhone básico vuelve a ser el más atractivo fue publicada originalmente en Xataka por Amparo Babiloni .
Gracias a Amparo Babiloni
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