El Fitbit Sense es el smarwatch deportivo y de salud más avanzado que Fitbit ha lanzado hasta la fecha. No solo tiene las características propias de sus hermanos Versa, sino que también aterriza en el mercado con un sensor EDA para medir nuestra respuesta al estrés, chip GPS, una interfaz renovada y muchas funciones en la app para smartphone. Todo ello, por supuesto, complementado con las funciones propias de un smartwatch, como recibir llamadas, notificaciones, etc.
Es, en pocas palabras, un reloj a priori bastante completo, aunque no por ello perfecto. Tiene sus más y sus menos y precisamente de ello vamos a hablar en este, su análisis. ¿Cuál es la experiencia con el Fitbit Sense? ¿Qué ofrece este nuevo reloj de Fitbit que es, con diferencia, el modelo más caro que la marca tiene en su portafolio de productos? Salgamos de dudas.
Ficha técnica del Fitbit Sense
FITBIT SENSE |
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DIMENSIONES Y PESO |
40,48 x 40,48 x 12,35 mm |
PANTALLA |
AMOLED de 1,58 pulgadas |
SENSORES Y COMPONENENTES |
Sensor óptico multirruta de frecuencia cardiaca |
MEMORIA |
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CONECTIVIDAD |
Wifi (802.11b/g/n 2,4 GHz) |
BATERÍA |
Más de seis días, según el fabricante |
RESISTENCIA AL AGUA |
50 metros |
REQUISITOS MEDIOAMBIENTALES |
Temperatura de funcionamiento: de -10 a 45 °C |
COMPATIBILIDAD |
iOS 12.2 o superior |
PRECIO |
Fitbit Sense - Smartwatch avanzado de salud con herramientas avanzadas de la salud del corazón, gestión del estrés y tendencias de temperatura cutánea, Acero inoxidable grafito, con Alexa integrada
Diseño: la esencia de Fitbit
Comenzamos repasando el apartado estético. El Fitbit Sense es un dispositivo algo más pequeño y delgado que el Fitbit Versa 2, aunque en muñeca ambos se sienten muy parecidos. El reloj está acabado en policarbonato por la parte inferior, aunque el bisel superior está hecho de metal. De hecho, este marco tiene una utilidad más allá de la puramente estética, y es que tendremos que tocarlo con la mano cuando nos hagamos un escáner EDA. De esto hablaremos más adelante.
El reloj conserva la esencia del diseño de los modelos anteriores, pero tiene algo que hasta ahora solo hemos visto en algunas de las pulseras de Fitbit: un botón sensible a la presión. Todos los relojes de Fitbit tienen un botón físico lateral que actúa como botón de inicio o como lanzador de acciones si lo dejamos pulsado, pero en el Sense Fitbit se ha desecho de él.
El rendimiento de este botón integrado es mejorable, sobre todo si lo comparamos con lo bien que funciona el de los modelos anteriores. Cuesta un poco hacerse a la posición y la detección del toque no siempre es del todo precisa.
A lo largo de nuestras pruebas nos ha pasado varias veces que el botón no interpreta bien el toque (o mejor dicho, la pulsación, ya que hay que ejercer cierta presión) o, en su defecto, la ha interpretado como una pulsación prolongada. No parece un problema de hardware, sino de software, por lo que parece viable solucionar este problema a base de actualizaciones.
A la derecha tenemos el micrófono y el altavoz. A priori, estos los usaremos para interactuar con Alexa y Google Assistant, así como para responder llamadas desde el reloj, pero maticemos. Alexa está integrado por defecto y funciona, pero no se puede invocar diciendo "Alexa", sino que tenemos que usar la app o configurar Alexa para que se inicie cuando dejemos pulsado el botón lateral. Tampoco nos da la respuesta a nuestra pregunta por voz, algo curioso teniendo en cuenta que el reloj tiene altavoz. Google Assistant y la función de responder llamadas, por su parte, no llegarán hasta finales de año.
En la zona inferior tenemos el sensor de ritmo cardíaco con sus dos LEDs verdes y el sensor SpO2 a.k.a. pulsioxímetro, con su LED rojo e infrarrojo. El primero mide nuestra pulsación y el segundo se encarga de medir la saturación de oxígeno en sangre. También encontramos los cuatro pines de carga, porque sí, finalmente Fitbit ha abandonado de una vez por todas su cargador de pinza y ha optado por una especie de base de carga que, siendo francos, funciona mejor y es más versátil.
¿Punto positivo? El cargador es el mismo que el Fitbit Versa 3, por lo que si tienes un Fitbit Versa 3 por casa puedes usar su cargador para cargar el Sense. También es un poquito más pequeño y elegante, así que minipunto para Fitbit. ¿Punto negativo? Si tienes un dispositivo anterior al Fitbit Sense / Versa 3, desgraciadamente vas a quedarte con un cargador antiguo que no puedes aprovechar en los relojes más nuevos.
Dicho lo cual, hablemos de la correa. El Fitbit Sense, como viene siendo costumbre en la marca, incluye dos correas: una pequeña (140-180 milímetros) y una grande (180-220 milímetros). Están hechas de TPU y tienen un tacto muy suave y agradable, bastante más que la correa del Fitbit Versa 2. Se siente de buena calidad, algo que se agradece teniendo en cuenta que el Fitbit Sense cuesta 329 euros. Para los aficionados a las correas, en la web de Fitbit hay muchas más con diferentes acabados y colores.
En los anteriores Fitbit la correa tenía un clásico mecanismo de hebilla, similar al de los relojes convencionales, pero en esta ocasión Fitbit ha optado por un sistema más parecido al de las correas del Apple Watch. En lugar de una hebilla, tenemos una presilla y dos orificios que atrapan la correa contra nuestra muñeca. El cierre es robusto, firme, no se abre ante movimientos bruscos y la experiencia es muy positiva.
Lo único malo es que las correas de los Fitbit antiguos no son compatibles con el Fitbit Sense. Las correas antiguas tiene un sistema de enganche metálico, como la de los relojes convencionales, pero las correas del Fitbit Sense y Versa 3 se encajan en el propio reloj, por lo que ni la correa del Sense se puede usar en el Fitbit Versa 2 ni viceversa. Una lástima, sobre todo para los que ya tengan una amplia colección de correas.
¿Y qué tal se siente en muñeca el Fitbit Sense? Realmente bien. A título personal, he probado otros relojes de Fitbit, como el Versa Lite y el Versa 2, y en ninguno de los relojes he tenido problemas, como tampoco los he tenido con el Fitbit Sense. Es un reloj cómodo, ligero, pequeño y disimulado. Se siente bien cuando lo llevamos en el día a día, no molesta nada al hacer deporte y tampoco es incómodo llevarlo mientras dormimos. Es, en pocas palabras, un reloj muy bien terminado, aunque los que gusten de relojes más grandes seguramente echen en falta un mayor tamaño.
Pantalla: AMOLED "de borde a borde"
Visto el diseño, vamos a hablar de la pantalla. El Fitbit Sense tiene una pantalla AMOLED de 1,58 pulgadas con una resolución de 336 x 336 píxeles. A color, obviamente. Es un panel algo más grande que el del Fitbit Versa 2, de 1,34 pulgadas, y es AMOLED, cuando la generación anterior montaba un panel IPS. Es un cambio que se agradece en todos los sentidos, pero sobre todo por lo mucho que se gana en cuanto a visibilidad a plena luz del día.
Pero más allá de las especificaciones, uno de los grandes cambios está en el diseño de la propia pantalla, que por fin deja de ser cuadrada. Fitbit ha redondeado las esquinas de la pantalla, aprovechando (algo) más los bordes laterales y aportando una estética mucho más premium. El reloj es algo más circular que el Fitbit Versa 2 y la pantalla acompaña perfectamente a este renovado diseño.
Sin embargo, el Fitbit Sense sigue teniendo el mismo problema que los dispositivos anteriores: los marcos se podrían aprovechar un poquito mejor. Fitbit dice que el Sense tiene una pantalla "de borde a borde", pero desgraciadamente no es así. Los marcos siguen ocupando una buena porción del frontal del reloj y el aprovechamiento del mismo dista mucho del de otras propuestas ya disponibles en el mercado.
Dicho esto, la visibilidad de la pantalla es excelente a plena luz del día. Incluso cuando el sol incide de forma directa sobre el panel, el reloj nos permite consultar sin mayor problema la hora. En ese sentido, tiene modo always on display que, evidentemente, aumenta el consumo de batería, aunque la tecnología OLED ayuda a mantenerlo a raya. La pantalla, en pocas palabras, se ve muy bien y se disfruta, aunque ojito con las huellas, que se quedan bastante marcadas.
La función de brillo automático también responde correctamente, adaptando el nivel de brillo a las condiciones del momento. El Fitbit Sense nos permite configurar tres niveles de brillo (atenuar, normal y máximo), pero con el que mejor experiencia hemos conseguido es con el intermedio y con el brillo automático.
La pantalla se puede encender pulsando el botón o, si queremos, haciendo el gesto de mirar el reloj con la muñeca. Digo "si queremos" porque el gesto se puede desactivar, algo que yo suelo hacer cuando estoy viendo una película, por ejemplo. El gesto funciona realmente bien y nunca nos ha dado un solo fallo, así que buenas sensaciones en este aspecto.
Finalmente, en lo referente a personalización, el catálogo de watchfaces disponibles para el Fitbit Sense es amplio. Se puede acceder a ellas a través de la app para smartphones y hay para todos los gustos y colores. Y precisamente, para gustos, colores, porque a título personal la que más me ha gustado es la que viene preinstalada por defecto, ya que las demás me parecen demasiado sobrecargadas o demasiado simples. Es una cuestión personal.
Rendimiento: qué bien sienta esta nueva interfaz
Pasamos así hablar del rendimiento. Fitbit no ha desvelado el modelo de procesador, la memoria RAM y la memoria interna que tiene su dispositivo, aunque también es cierto que el Sense no aspira a competir en potencia contra otros relojes de gama alta como el Apple Watch Series 6 o el Galaxy Watch 3. El Fitbit Sense es un reloj deportivo y su principal atractivo está en los sensores y en sus funciones.
Dicho esto, Fitbit ha renovado la interfaz del reloj para hacerla más completa. Aunque el menú de aplicaciones sigue siendo el mismo y seguimos accediendo a él deslizando hacia la izquierda, todo lo demás se ha renovado. Para tener un vistazo rápido:
- Deslizando hacia abajo: accedemos a las notificaciones pendientes. Sobre el sistema de notificaciones hablaremos ahora.
- Deslizando hacia la derecha: accedemos al panel de ajustes rápidos y al porcentaje de la batería, que antes se encontraba encima de la cortina de notificaciones.
- Deslizando hacia arriba: accedemos a los widgets.
¿Widgets? Sí. Una novedad de la nueva versión del sistema operativo que incorpora el Fitbit Sense son los widgets, que básicamente son módulos con información que podemos mover y configurar a nuestro gusto. El abanico de opciones bastante escaso, hasta el punto de que hay seis widgets, y todos ellos son de Fitbit, es decir, no hay widgets de terceros como los puede haber en Android, por ejemplo.
Son interesantes, sin embargo, ya que nos permiten tener acceso rápido a la información que más consultemos. En mi caso, tengo el widget del tiempo, el escáner EDA, la función de relax y las estadísticas principales (pasos, calorías, kilómetros...), pero se pueden añadir las estadísticas avanzadas y el inicio de sesión con Fitbit. Es una implementación muy somera, pero que le sienta realmente bien al software del reloj.
¿Y qué tal se comporta? Bien, pero con matices. Durante nuestras pruebas no hemos tenido muchos tirones, aunque de vez en cuando sí hemos percibido cierto lag al cambiar de pantalla. También es notable el tiempo de apertura de las apps, que sigue siendo más elevado que en otros relojes. Hablando de apps, Fitbit nos preinstala unas cuantas, como Spotify, y también podemos acceder a más a través de la tienda que se puede encontrar en la app para smartphones.
Como todo smartwatch, el Fitbit Sense nos permite recibir notificaciones y llamadas en nuestra muñeca. Ahora bien, las notificaciones solo se pueden responder en Android (con respuestas predeterminadas o con voz) y las llamadas se pueden recibir, pero no responder desde el reloj. Esta función llegará a finales de año, según explica la propia empresa, por lo que ahora mismo no está disponible y no se puede valorar.
La configuración de las notificaciones en iOS sigue siendo algo tediosa, ya que tenemos que esperar a que las apps nos manden una notificación para que la app de Fitbit la detecte y, entonces, nos deje decidir si las queremos recibir en la muñeca o no. Sería más sencillo si desde el momento uno Fitbit nos dejase configurar las notificaciones a placer. En Android, sin embargo, sí aparece el listado de apps desde el primer momento.
En lo referente a asistentes de voz, el Fitbit Sense es compatible con Alexa y, teóricamente, con Google Assistant, pero actualmente solo está disponible Alexa. El asistente de Google llegará más adelante y habrá que esperar hasta entonces para saber si funciona en iOS y Android o solo en Android. Sea como fuere, tener Alexa es útil para solicitar información o iniciar un entrenamiento, aunque se echa en falta 1) que Alexa responda por voz (recordemos que el reloj tiene altavoz) y 2) que Alexa responda ante el comando "Alexa". Ahora mismo la única forma de invocar a Alexa es usando la app del reloj o configurando el botón lateral para que lo inicie.
Repasemos ahora lo que nos ofrece en materia de sensores y empecemos con el sensor EDA, a.k.a. sensor de actividad electrodérmica. Este sensor mide pequeños cambios eléctricos en la piel, una métrica que según Fitbit puede servir para entender la respuesta de nuestro cuerpo ante el estrés. Para hacernos un test, simplemente hay que iniciar la app y poner la palma de la mano sobre el reloj, asegurándonos de tocar el marco metálico (¿recordáis que antes dijimos que su función no era solo estética?).
Una vez hecho el test, el reloj nos deja marcar cómo de estresados nos sentimos (con unos emojis) e incluso nos invita a hacer una sesión de respiración o de mindfulness. Aquí hay que tener un punto en cuenta, y es que el Fitbit Sense incluye seis meses de Fitbit Premium, que ofrece métricas más detalladas y más opciones. Todos los usuarios que no hayan usado Fitbit Premium podrán acceder a la prueba y aquellos que ya lo paguen tendrán acceso a la información desde el momento cero. Sin la suscripción, la información y estadísticas que se muestran en la app se reducen, pero las hemos añadido porque, al fin y al cabo, es lo que se encontrará cualquier usuario que compre el reloj.
Puntualizado esto, vamos a desglosar un poco la métrica del sensor EDA. La gestión del estrés tiene en cuenta tres factores que, a su vez, se basan en diferentes aspectos:
- Capacidad de respuesta: usa la variabilidad del ritmo cardíaco (HRV), ritmo cardíaco en reposo (RHR), ritmo cardíaco durante el sueño por encima del RHR y la actividad electrodérmica de la piel. Cuanto más alta, se supone que nuestro cuerpo ha mostrado signos de una actividad del sistema nervioso autónomo más baja en los últimos días. Cuando más alta, mejor. Lo máximo son 30 puntos.
- Esfuerzo: usa los pasos diarios, actividad semanal y puntuación de fatiga física. Un numero más alto significa que estamos equilibrando bien los beneficios del ejercicio con el desgaste a corto plazo. Dicho de otra forma, que hacemos ejercicio y descansamos en la medida justa y necesaria. Lo máximo son 40 puntos.
- Patrones de sueño: usa el sueño atrasado a lo largo del tiempo, inquietud u otros patrones perturbadores la noche anterior, sueño REM y sueño profundo la noche anterior. Cuanto más alto, se supone que tenemos mejor sueño y, por lo tanto, mejoramos nuestro nivel de estrés. Lo máximo son 30 puntos.
Cada día, el reloj mide todos los factores mencionados anteriormente, le da una puntuación a cada métrica y crea un total sobre 100. Lo que el usuario ve es que su "nivel de gestión de estrés" es de 67 puntos, pero es algo confuso. ¿Eso es mucho? ¿Es poco? ¿Está bien o vivo en un estrés constante? Con el sueño es más fácil porque si tienes una puntuación de 90 seguramente te sientas más descansado, pero la sensación final con "el nivel de gestión de estrés" es que tienes una métrica que no se termina de entender bien.
Otro sensor nuevo es de temperatura cutánea, que mide las variaciones de temperatura de la piel durante la noche. ¿Para qué? Fitbit dice que la temperatura cutánea varía de una noche a otra y puede deberse a la la temperatura ambiente, a la ropa de cama, al ritmo circadiano, al ciclo menstrual o a la aparición de fiebre.
Lo que vemos en la app es que nuestra temperatura de la última noche ha sido XXºC mayor o menor que nuestra temperatura media. ¿Cómo nos afecta eso? No queda claro. Es una métrica que a diferencia de la del sueño o los minutos de zona activa no aporta demasiado al día a día. ¿Significa que he pasado calor por la noche? ¿Es malo que mi temperatura haya bajado 0,4ºC esta noche? Es una métrica que, en pocas palabras, desemboca en más preguntas que respuestas.
Y hablando de dormir, aprovechemos y hablemos del análisis del sueño. El Fitbit Sense es capaz de medir nuestro sueño y lo hace de forma muy precisa. Detecta perfectamente a qué hora nos dormimos y levantamos y los informes de las fases de sueño son muy precisas.
También tiene sensor SpO2 y es una pena que teniendo este sensor en el reloj no podamos hacernos un test en cualquier momento. De hecho, solo funciona de noche y para activar la monitorización del nivel de oxígeno en sangre tenemos que usar una watchface dedicada. Para consultar los datos hay que o bien usar la watchface que mencionábamos o hacerlo desde la app, en el apartado métricas de salud, donde veremos una media de la saturación de oxígeno nocturna de la última semana.
No nos olvidemos del sensor de ritmo cardíaco. No tenemos un sensor de frecuencia cardíaca profesional para comparar las lecturas con las obtenidas con el reloj, pero por los informes y los deportes que hemos practicado la sensación es de que es preciso. Quizá no al nivel de otros relojes como el Polar Grit X, pero suficiente para tener una idea global de los cambios de intensidad. Como novedad, ahora podemos configurar alertas para cuando las pulsaciones bajan o suben de determinada intensidad.
El sensor de ritmo cardíaco monitoriza las pulsaciones en tiempo real y, próximamente, tendrá una aplicación de electrocardiograma. Fitbit recibió recientemente el beneplácito de la FDA estadounidense y los organismos europeos y la app ECG debería llegar más pronto que tarde. Sea como sea, ahora mismo no está disponible así que no podemos evaluar su rendimiento.
Finalmente, repasemos la aplicación. La app de Fitbit está disponible en iOS y Android y es muy completa. Es la misma app que se usa para otros dispositivos Fitbit, así que si ya posees un wearable de la compañía estarás más que familiarizado con ella. Además de poder consultar un histórico de nuestras métricas y sesiones de ejercicio, ahora podemos hacer sesiones guiadas de mindfulness y acceder a métricas de salud más avanzadas. También podemos registrar cambios de peso, el agua que bebemos y los alimentos que comemos. Es una app muy completa y que funciona muy bien, de eso no hay duda alguna.
Hacer deporte con el Fitbit Sense
¿Y qué es un análisis de un reloj deportivo si no sudamos un poco? Vamos a repasar qué nos ofrece el Fitbit Sense en materia de deporte y lo haremos en tres puntos: ergonomía, opciones deportivas y medición de las sesiones, donde también abordaremos el rendimiento del chip GPS. Porque sí, el Fitbit Sense tiene su propio chip GPS, así que podemos salir a correr y guardar el recorrido sin tener que llevar el teléfono encima.
En cuanto a ergonomía, las sensaciones son exactamente las mismas que en el día a día. Los relojes de Fitbit siempre suelen ser cómodos y el Fitbit Sense no es una excepción. Es ligero, pequeño, no molesta, es resistente al agua hasta 50 metros y llevarlo en la muñeca mientras corremos o jugamos al pádel es una gozada. Hay muchos relojes con vocación deportiva que son más gruesos y pesados, pero Fitbit ha conseguido ofrecer un buen reloj deportivo sin sacrificar el diseño y la comodidad.
¿Qué deportes podemos monitorizar? No tiene un abanico tan enorme como los Huawei Watch o el Apple Watch, pero sí suficiente para deportistas outdoor y fans del gimnasio. Los que tenemos disponibles son bootcamp, caminar, carrera en cinta, ciclismo, circuito, correr, elíptica, entrenar, entrenar a intervalos, golf, kickboxing, máquina de escaleras, natación, pesas, pilates, senderismo, spinning, tenis y yoga. Quizá se echan en falta deportes como el fútbol o el baloncesto, así como el HIIT, que es un deporte muy de estar en casa. También el pádel, pero es una batalla que ya he dado por perdida (para mi desgracia).
Al terminar un deporte la app genera un informe bastante detallado en el que podemos evaluar nuestro rendimiento. Tenemos las pulsaciones, las calorías quemadas, el ritmo y el impacto que esa sesión ha tenido en nuestro día. Lo más llamativo son los minutos en zona activa que Fitbit estrenó con la Fitbit Charge 4 y que también incorpora el Fitbit Sense.
¿Qué son los minutos de zona activa? Según nuestra salud cardiovascular y nuestra edad, el reloj establece zonas de ritmo cardíaco: bajo la zona, quema de grasas y cardio/pico. Los minutos en zona de quema de grasa valen x1 y los minutos en zona cardio/pico valen x2. Si hacemos 10 minutos en zona cardio/pico, realmente nos contarán como si hubiéramos hecho 20 minutos. El objetivo es, según la Asociación Americana del Corazón, hacer 75 minutos de actividad intensa o 150 minutos de actividad moderada.
Es una métrica que nos gustó mucho en el Fitbit Charge 4 y que nos vuelve a gustar en el Fitbit Sense, ya que permite optimizar nuestras sesiones de ejercicio y saber a qué carga estamos sometiendo realmente el cuerpo. Más arriba podéis ver cómo se muestra la métrica en la app.
Finalmente, repasemos el rendimiento del chip GPS. Este se activa automáticamente cuando iniciamos un deporte como correr o caminar, aunque podemos desactivarlo si queremos ahorrar batería. El dispositivo nos fija bastante rápido, sobre todo cuando empezamos a hacer deporte al aire libre. La señal es estable y el chip es muy preciso.
En las capturas superiores podéis ver cómo el reloj nos ha ido geolocalizando en un paseo de diez minutos. La zona elegida fue un barrio con muchas calles y cruces, lo que nos permite ver cómo se comporta cuando giramos varias veces y hay varias calles muy juntas. El rendimiento es sobresaliente y aunque el trazado tiene algunas imperfecciones, la ruta registrada es la que hemos hecho, que en última instancia es lo importante.
Finalmente, cabe destacar que desde la app podemos comprobar cómo ha sido nuestro rendimiento por zonas. Por ejemplo, en qué tramos hemos estado en qué zona cardíaca o cómo han ido evolucionando nuestras pulsaciones. Esto es particularmente interesante para el senderismo o para deportes como el ciclismo y el running en zonas con diferentes desniveles.
Batería: hasta siempre, cargador de pinza
Antes de concluir el análisis, vamos a pararnos un momento a hablar de la batería y la autonomía. La compañía no desvela el amperaje de su nuevo smartwatch, sino que simplemente asegura que es capaz de ofrecer más de seis días de batería. En nuestras pruebas, el reloj nos ha ofrecido cinco días de batería usándolo como smartwatch y haciendo varias sesiones de deporte, como caminar, correr o jugar al pádel.
Evidentemente, la autonomía dependerá del uso que hagamos, ya que no es lo mismo usar el reloj solo como smartwatch que usarlo para hacer deporte que requiera el GPS, como correr. De hecho, cuando usamos el GPS podemos notar cómo la batería se gasta con mayor rapidez. También influye el nivel de brillo, tener o no la pantalla siempre encendida, etcétera. Sea como fuere, con un uso normal se puede alcanzar la semana laboral sin problema.
En cuanto a la carga, minipunto para Fitbit por haber lanzado de una vez por todas el cargador magnético. Es más versátil, más cómodo, más pequeño y no tiene tanta complejidad como el sistema de pinza de los modelos anteriores. Con este cargador podremos cargar el Sense por completo en unos 70 minutos, que no está nada mal para la autonomía que ofrece.
Fitbit Sense, la opinión de Xataka
Llegados a este punto, toca resumir cuál ha sido la experiencia con el Fitbit Sense. El dispositivo, como los anteriores Fitbit, se comporta realmente bien y añade algunas funciones interesantes, como los minutos en zona activa y el GPS, que seguramente resulte útil a más de un usuario, sea más o menos deportista. El problema, entre comillas, es que otras funciones igualmente interesantes, como el ECG, responder llamadas o usar Google Assistant, todavía no lo están.
Como smartwatch, el Fitbit Sense se comporta bien. Podemos recibir notificaciones (aunque en iOS no podemos responderlas), la batería es más que suficiente para ofrecer una semana de autonomía y el rendimiento del reloj es correcto. No es tan completo como otras propuestas, véanse el Apple Watch o el Galaxy Watch, pero poquito a poco Fitbit ha ido mejorando sus smartwatches para hacerlos más versátiles y ofrecer algo más que monitorización del ejercicio.
La aplicación de Fitbit sigue siendo una de las mejores apps para smartwatch que podemos encontrar. Es completa, está bien diseñada y es fácil de usar. El "problema" es que las nuevas métricas, nivel de estrés y temperatura cutánea, no terminan de comprenderse bien y, salvo que seas un usuario muy preocupado por el estrés, no aportan demasiado a la experiencia diaria con el smartwatch. También se podría haber explotado un poquito más el sensor SpO2.
En definitiva, es un reloj muy completo al que quizá se le podría pedir una vuelta de tuerca para hacerlo más redondo. Será interesante volver a probar el dispositivo cuando todas las funciones estén operativas. Sea como fuere, si buscas un reloj que monitorice tus sesiones deportivas y te avise de nuevos mensajes, el Fitbit Sense es una opción a contemplar, siempre y cuando seamos conscientes de lo que conseguimos y sacrificamos con respecto a un smartwatch menos enfocado a la salud.
8,35
A favor
- La pantalla se ve perfectamente a plena luz del día.
- El reloj es bonito, ligero, disimulado y se siente premium.
- No solo tiene GPS, sino que su rendimiento es muy bueno.
En contra
- La métrica del estrés y de la temperatura cutánea es confusa.
- Sigue por debajo de sus competidores en lo referente a apps y versatilidad.
- Algunas funciones interesantes, como Google Assistant o responder llamadas, no están disponibles de lanzamiento.
Fitbit Sense - Smartwatch avanzado de salud con herramientas avanzadas de la salud del corazón, gestión del estrés y tendencias de temperatura cutánea, Acero inoxidable grafito, con Alexa integrada
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Fitbit. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia Fitbit Sense, análisis: el GPS integrado pone la guinda al smartwatch deportivo más avanzado de Fitbit fue publicada originalmente en Xataka por Jose García .
Gracias a Jose García
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