Su apellido lleva a engaño porque lo hemos conocido a últimos de 2018, pero se trata de una jugada que Huawei repite con el smartphone que abre la veda de los más ajustados en precio en la media gama. Así, ya hemos visto cómo empiezan los chinos su curso del año que empieza el martes en el análisis del Huawei P Smart 2019.
Al Huawei P Smart lo daban a conocer también a finales de año (aunque llegaba a Europa y otras localizaciones ya en enero) como sucesor del Huawei P8 Lite, actualizando nomenclatura pero conservando misión: repetir el éxito de su antecesor. Este año se mantiene el nuevo apellido y también el cocktail del procesador de la casa y la doble cámara, aunque actualizando su aspecto al integrar el notch. Veamos qué tal han resuelto la apuesta para lograr un nuevo top ventas.
Ficha técnica del Huawei P Smart 2019
Huawei P Smart 2019 |
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Diseño |
155,2 x 73,4 x 8 milímetros |
Pantalla |
Huawei Dewdrop Display de 6,21 pulgadas, aspecto 19,5:9 |
Procesador |
Kirin 710 |
RAM |
3 GB |
Almacenamiento |
64 GB + MicroSD hasta 256 GB |
Cámaras |
Trasera: 13 MP (F/1.8) + 2 MP (*bokeh*) |
Software |
Android 9.0 Pie + EMUI 9.0 + GPU Turbo 2.0 |
Conectividad |
LTE, WiFi, Bluetooth |
Batería |
3.400 mAh |
Precio |
249 euros (a la venta desde el 15 de enero) |
La estética evoluciona en el frontal y conserva en la trasera
El diseño sigue pareciendo una de las claves a la hora de predeterminar la evolución que sigue esta línea, sumando otra opción (algo más económica) dentro de la gama media alternativa a los Lite. Nacer antes que nadie tiene una parte buena y una no tanto: eres el que introduce novedades por llegar antes, pero también el que no ha tenido tiempo de gestar las mejoras e innovaciones que se irán sucediendo a lo largo del año.
¿Cómo ha repercutido esto en el nuevo P Smart? En el adiós al logo en el frontal y a las bandas y la bienvenida al notch estilo Huawei Mate 20, también a una trasera con un acabado reflectante cual charol acabado de encerar.
Se trata de un plástico que aspira a parecerse a la cerámica y es posible que nos lo pueda parecer a nivel visual, pero el tacto no engaña y tampoco el peso. Esto nos podrá agradar más o menos, pero siempre da cierta comodidad a la hora de apoyarlo en una superficie o guardarlo en un bolso o mochila. De hecho, transmite una sensación de calidad y de resistencia a golpes y arañazos.
Transmite una sensación de calidad y de resistencia a golpes y arañazos
Este acabado podrá gustarnos más o menos, pero de lo que no se libra ni un ápice es de las huellas dactilares, ensuciándose con mucha facilidad y siendo imposible que nos dure limpio ni un momento. La brillante trasera en la que deberíamos ver nuestro reflejo con un matiz azabache (tenemos el terminal de color negro) es una constante de manchas y huellas, por lo que hay aquí bastante margen de mejora en lo que respecta a su capa oleofóbica.
Al menos lo que no hace es resbalar, lo cual favorece a que por dimensiones y curvaturas el agarre sea muy cómodo. No se trata de un smartphone delgado, tiene un grosor esperado por el ancho (casi es más bien grueso, pero nada exagerado ni llamativo y además hay que tener en cuenta que integra mini-jack de audio), pero es muy ligero y los bordes, que empiezan a adelgazar más o menos en el último centímetro dibujan una curvatura que finaliza en ángulo obtuso con el frontal de manera suave, favoreciendo el buen agarre.
Altura (mm) | Anchura (mm) | Grosor (mm) | Peso (g) | Diagonal (pulgadas) | Batería (mAh) | Superficie frontal cm2) | Volumen (cc) | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Huawei P Smart 2019 | 155,2 | 73,4 | 8 | 160 | 6,21 | 3.400 | 113,9168 | 91,13344 |
Huawei P Smart 2018 | 150,1 | 72,1 | 7,5 | 143 | 5,65 | 3.000 | 108,2221 | 81,166575 |
Huawei P20 Lite | 148,6 | 71,2 | 7,4 | 145 | 5,84 | 3.000 | 105,8032 | 78,294368 |
Huawei Mate 20 Lite | 158,3 | 75,3 | 7,6 | 172 | 6,3 | 3.750 | 119,1999 | 90,591924 |
Más voluminoso que los gama media de 2018 de Huawei, integrando una pantalla de diagonal mayor que el P Smart de 2018 y también una batería con mayor capacidad.
Otros cambios que tenemos con respecto al anterior P Smart es que las cámaras traseras adoptan la disposición en vertical que hemos visto este año en los Huawei P20, con una discretísima joroba conjunta que queda en la esquina superior derecha sobre el flash. El logo de la marca tampoco campa a sus anchas serigrafiado en la parte inferior, sino que queda el nombre de la marca en sí en un lado, opuesto a la denominación de "IA Camera" que no podía faltar (junto al flash), y de lo que hablaremos posteriormente en el apartado de fotografía.
El lector de huellas mantiene ubicación y tecnología, de momento aquí no llega la lectura integrada en pantalla que ya vimos en el Huawei Mate 20 Pro, pero lo que sí ha llegado es la reducción de marcos y la muesca. Un frontal algo más despejado que el P Smart de 2018 para el cual han optado por la muesca tipo gota, en la parte central y que embebe únicamente la cámara frontal, quedando bajo la rendija del auricular.
Al hablar de la pantalla veremos las posibilidades con el notch, pero lo que ya aclaramos es que la simetría vertical sigue sin ser una de las prioridades en cuanto a estética. El borde inferior mide unos 6,22 milímetros, mientras que el superior tiene unos 2,87 milímetros a los lados de la muesca, o bien alcanza los 6,55 milímetros si tapamos el notch por software.
En el otro extremo del notch y del marco variable tenemos el borde inferior, que alberga el USB, el altavoz y el minijack de 3,5 milímetros. Éste último no gustará a quienes somos amantes de las simetrías al quedar más pegado a la parte trasera que al frontal, a diferencia de los otros dos elementos que sí quedan centrados.
Pantalla: 6,21 pulgadas IPS que se sienten como 5,5 AMOLED
La diseminación del notch tiene como consecuencia directa que las pantallas aprovechen mejor el frontal también en la gama media. De este modo, las 6,21 pulgadas del panel del Huawei P Smart 2019 y el rediseño hacen que la pantalla sea algo más protagonista que en su antecesor.
Esto tiene dos ventajas directas per se: actualizar el diseño y tener más superficie para los elementos de la interfaz. Sobre todo si elegimos la navegación por gestos que desde hace años habilita EMUI, la capa de personalización del fabricante (y en sí condición sine qua non en sus smartphones).
Pero del software hablaremos a fondo más adelante (pasando por encima para comentar aspectos de la experiencia con la pantalla), y en lo referente al hardware se trata de un panel IPS entre lo que parece tender a una hegemonía OLED. Un tipo de pantalla cuya producción resulta más barata y que tiene algunas ventajas con respecto al AMOLED.
Aunque al final no hemos acabado de percibir bien esta serie de puntos positivos en la experiencia en el grado esperado, ya que el panel no está exento de reflejos de color y degradaciones más propias de un AMOLED. La pantalla viene fría de fábrica Y esto puede corregirse hasta cierto punto con las opciones que da la capa de software, que permiten seleccionar alguna preconfiguración (en nuestra opinión demasiado cálidas) o ajustar temperatura y matiz de los blancos.
La carta de la resolución es la adecuada para ganar la jugada al apostar por un FullHD+, con píxeles por pulgada suficientes para que no echemos en falta más definición. Bien a nivel de sensibilidad táctil y con algo de mejora posible en lo respectivo a los ángulos de visión por lo que decíamos de los reflejos de color, pero no hay pérdida de contraste o mala experiencia de visualización.
Muy bien hablando de brillo, considerando que el buen trabajo del brillo automático no es tan común como parece (y debería). El brillo máximo es más que suficiente, teniendo una correcta visualización cuando la luz incide con la mayor intensidad y ángulo más directo, y con un muy buen comportamiento por parte del brillo automático.
Lo que no tendremos en este caso será pantalla ambiente. Huawei prefiere añadir una serie de posibilidades a la pantalla de bloqueo como los accesos rápidos o el cambio automático de salvapantallas, pero no habrá opción de tener esta solución que sí dispone Android stock y otras capas, y tampoco habrá doble toque para despertar entre las opciones de gestos que añade EMUI.
Lo que hay o notch (a petición del usuario) es precisamente eso: una muesca que permite reducir el marco superior. No hay ninguna función más allá de la estética, pero al menos el hecho de que sea pequeño hace que los elementos de la barra se repartan casi con normalidad.
Rendimiento: heredando el procesador de su hermano "plus"
En altas gamas ya hemos llegado a los 10 GB de RAM con el OnePlus McLaren y quizás veamos los 12 GB en este año que entra ahora, y lo que esperamos con esto es que en la gama media de asienten al menos los 3 ó 4 GB (más bien los 4 GB, si se siguen extendiendo los 8 GB). Y en el caso del Huawei P Smart 2019 mantiene el mínimo del de 2018 actualizando el procesador, combinando el Kirin 710 con 3 GB de RAM, el mismo procesador que ya vimos en el Huawei P Smart+ (de 2018).
¿Es esto suficiente? Debería serlo porque con combinaciones similares hemos tenido una buena experiencia, citando por ejemplo el Huawei Mate 20 Lite en el que salvo algún parón tuvimos una buena experiencia. Pero lo que tenemos en este caso es un lag bastante evidente y constante que plantea la pregunta de si está EMUI pesando demasiado para este hardware.
Lo percibimos en transiciones o al minimizar las apps, en la app de cámara (de la cual hablaremos luego) y en ocasiones lo vemos en la multitarea si tenemos apps exigentes en el primer plano. Y con apps pesadas como videojuegos el móvil padece algo más, en una partida del ‘PUBG’ (con los gráficos medios seleccionados) podemos llegar a perder algo más la paciencia por el tiempo de carga de menús y pantallas (en las partidas en sí no hemos notado parones) y hemos tenido algún parón al jugar al 'Asphalt 8'.
La multitarea no tiene demasiado lag (sólo ese puntual que acabamos de mencionar) y aparece sin problemas, tanto por gesto como por botón. Hay una pequeña pausa debida a la animación de la capa, pero son unas décimas de segundo hasta que vibra en señal de que aparecen las apps abiertas y es algo propio de EMUI.
En cuanto al aumento de temperatura, no hemos percibido nada extraño ni exagerado. La parte superior trasera del móvil aumenta de temperatura cuando estamos algo más de cinco minutos jugando, pero es un calor completamente normal al tacto y cuyos valores internos tampoco se salen de lo habitual.
Para quienes tomáis como referencia los tests de rendimiento, os dejamos los resultados de los benchmarks habituales junto con los de otros smartphones de configuración y características similares.
Huawei P Smart (2019) |
Huawei Mate 20 Lite |
Huawei P20 Lite |
Xiaomi Mi A2 |
BlackBerry Key2 |
ASUS Zenfone 5 |
|
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Procesador |
Kirin 710 |
Kirin 710 |
Kirin 659 |
Snapdragon 660 |
Snapdragon 660 |
Snapdragon 636 |
RAM |
3 GB |
4 GB |
4 GB |
4 GB |
6 GB |
4 GB |
AnTuTu |
130.026 |
132.007 |
80.986 |
127.610 |
126.375 |
125.353 |
GeekBench (Single/multi) |
1.531 / 5.149 |
1.587 / 5.519 |
935 / 3.581 |
1.626 / 4.286 |
1.618 / 5.755 |
1.334 / 4.884 |
3D Mark (Icestorm Unlimited) |
16.434 |
21.114 |
11.737 |
22.461 |
18.243 |
19.432 |
PCMark (Work 2.0) |
5.853 |
6.842 |
4.775 |
6.332 |
6.046 |
5.637 |
Software: con EMUI siempre son nubes y claros
Como hemos recordado, el Huawei P Smart 2019 no ha renunciado a esos genes fijos en el ADN de la compañía, que se expresan en forma de EMUI 9.0.3 sobre Android Pie 9.0. La capa mantiene de momento los atributos que hemos visto en otros móviles anteriores, eso sí, adaptándose a la gama y al terminal en concreto.
Haciendo un repaso a lo que es el pre-load y la configuración de fábrica, EMUI ofrece la posibilidad de iniciar algunos servicios propios desde esta primera carga del sistema, así como la creación de una cuenta Huawei o el inicio de sesión de la misma. Podemos omitir algunos pasos si no nos interesan, pero tendremos ciertas apps de la casa sí o sí en nuestro escritorio que no siempre podremos desinstalar.
Hay pocas apps de terceros (Facebook, eBay, Booking y Amazon), las cuales podemos desinstalar o inhabilitar (aunque podrán quedar algunos componentes si repasamos la totalidad de apps instaladas) y unas pocas que ofrecen servicios básicos como un bloc de notas o los reproductores de vídeo y música, junto a las que Google obliga aún a instalar (y que tampoco podemos desinstalar, sí inhabilitar). Esto puede hacer que alguna de ellas no nos interese y aún así tengamos que conservarlas en el escritorio, pero tampoco son muchas.
El aspecto y distribución de los ajustes generales también corre por cuenta de la casa, añadiendo la estética de la capa para preservar la coherencia con el resto de interfaces. Es un orden bastante deductivo y suele ser fácil dar con lo que buscamos, si no directamente con el buscador interno.
Con respecto a esto ya hemos comentado que para pantalla tenemos un plus de opciones con respecto a lo que aportaría per se el sistema de Google para configurar el aspecto y algunas funciones. También los tenemos para sonido (los repasaremos en detalle luego), la pantalla de bloqueo y la navegación del sistema, lo cual se agradece bastante al poder tirar de gestos (y aprovechar mejor la pantalla).
Eso sí, los gestos se ven afectados por ese lag que ya hemos empezado a mencionar antes y que empobrece un poco la experiencia. Por el contexto en el que aparece da la impresión de que a EMUI le queda por depurar para dar una experiencia más aproximada a la que tenemos en un gama alta a nivel de fluidez, y que no se deba a una limitación del hardware.
Volviendo a lo que ofrece la capa del fabricante, también tenemos una herramienta de gestión para optimizar procesos activos y algunos aspectos del sistema, así como algunas opciones a la hora de ahorrar consumo energético. No van a cambiar mucho la experiencia, pero merece la pena echar un vistazo de vez en cuando sobre todo si no estamos muy seguros de qué ocupan las apps que instalamos o cuál de ellas está consumiendo más en segundo plano (ojo con el limpiador, que nos menciona las apps más pesadas y puede no interesarnos borrarlas).
Otro añadido es la monitorización de nuestro tiempo de uso del móvil. Una herramienta que hemos visto también en el sistema de Google per se así como en el de Apple, y que nos muestra en qué tareas se reparte el uso que hacemos de nuestro móvil, indicándonos los minutos que considera que perdemos y dándonos opciones para que establezcamos alarmas y límites de uso.
Biometría y sistemas de desbloqueo
Las opciones para desbloquear el Huawei P Smart 2019 son varias, pudiendo recurrir tanto a los métodos tradicionales como al desbloqueo facial (estándar, basado en la cámara subjetiva) o al lector de huellas en la parte trasera. Lo mejor siempre dependerá de lo que más nos guste, pero al menos el teléfono pone bastante de su parte para que sea el que sea la experiencia sea buena.
El lector de huellas funciona francamente bien. Además de estar bien ubicado, lee la huella con rapidez y no es exigente a nivel de superficie mínima de lectura.
Eso sí, al estar en la parte trasera echamos un poco de más de menos el doble toque para activar pantalla, ya que a veces resulta más cómodo que el levantar para activar. Aunque esto último “tiene la culpa” de que la lectura de rostro sea más cómoda.
De este modo, la pantalla ha de estar activada para que este sistema funcione, pero configurando que despierte al levantarla ya lo tendremos con el simple gesto de ponernos el móvil frente a nosotros. Además, podemos configurarlo para que o bien desbloquee y directamente nos muestre el escritorio cuando la lectura sea exitosa, o bien que sólo desbloquee y que quede la pantalla de inicio, por si sólo deseamos ver las notificaciones.
No se trata de un sistema avanzado de reconocimiento facial, pero el registro del rostro se produce bastante rápido y funciona muy bien incluso en baja luz, incluso si hemos registrado la cara sin gafas de vista y las llevamos puestas. Claro que para ello la pantalla brillará más, con el fin de iluminar la cara y poder leerla, dado que no se trata de un escaneo con infrarrojos u otra tecnología o luz no visible.
Cámaras:
La doble cámara casi parece algo del pasado viendo que móviles de gama media como el Samsung Galaxy A7 (2018) y Samsung Galaxy A9 (2018) han sido las puertas de entrada para la triple y cuádruple cámara trasera, de hecho el P Smart+ ya llevó cuatro (combinando dos traseras y dos frontales). Pero no es otra cosa que una apuesta razonable y de coste probablemente menor que hemos visto en la gran mayoría de terminales de este año que ya acaba (de todas las gamas), y la vemos nuevamente en este primer Huawei para 2019.
¿Qué tiene el P Smart 2019 en su parte trasera? Una cámara principal con un sensor de 13 megapíxeles y una lente con apertura f/1.8 (aunque dispone del modo de apertura virtual que alcanza de f/0.95 hasta f/16), con una lente de 2 megapixeles como escudera dedicada al modo retrato y al demandado bokeh. Para la cámara frontal tenemos un sensor de 8 megapíxeles, con una lente con apertura máxima f/2.0), también con modo retrato, inteligencia artificial y realidad aumentada como las traseras.
No tenemos gran angular ni zoom óptico al menos de momento, veremos si el supuesto Huawei P30 Lite introduce la tercera cámara en la gama media del fabricante, pero sí ese modo noche que estrenaron con los P20 y que permite realizar instantáneas nocturnas sin necesidad de trípode y tirando de inteligencia artificial (según la marca). Pero antes de detallar lo que pueden hacer las ópticas y cómo, no descuidemos tradiciones en fechas tan señaladas y paseémonos un poco por la app, aunque sea una vieja conocida.
App de cámara
Huawei mantiene también ADN en los cromosomas de la app de cámara, y lo que vemos es un reflejo de lo que estuvimos experimentando en los anteriores terminales de la marca en cuanto a interfaz y disposición, pero con unas opciones adaptadas a un móvil de gama media. Lo que se repite: más allá de tipografías y paletas de colores, está la navegación por pestañas de izquierda a derecha mediante swipes y la imposibilidad de personalizar su aparición y orden.
Otras tradiciones que vemos estoicas son la inclusión del HDR como un modo en la pestaña "Más", y no con un acceso rápido como sí tiene la inteligencia artificial o las fotos en movimiento y la ubicación también aquí del modo Pro o manual. Modo que no podrá dispararse con HDR, pero que permite ajustar velocidad de obturación, ISO, balance de blancos y enfoque (y hablaremos de él más adelante).
El modo noche dispone de su propia pestaña, como el modo apertura o el retrato. Eso sí, éste sólo actuará si detecta una persona cuando optamos a aplicar uno de los modos de iluminación artificial. Aquí Huawei se ha marcado de nuevo algo así como Apple con el iPhone XR, aunque en este caso la limitación afecta a las iluminaciones.
La interfaz es sencilla y muy intuitiva, salvando el que algunos elementos que habitualmente están más a la vista forman parte de esa pestaña más genérica y aparentemente secundaria. Los ajustes permitirán escoger la resolución de las fotos así como la calidad del vídeo (con un máximo de 1080p), así como poder añadir cuadrícula, silenciar la cámara o elegir el formato de vídeo.
Antes de pasar a hablar del rendimiento fotográfico hemos de dar un minipunto positivo y uno negativo a la app de cámara (aunque quizás no se lo merezca ella, sino EMUI). Hemos visto que la previsualización del ajuste de la velocidad de obturación funciona muy bien, corrigiendo lo que aún veíamos en el Huawei P20 Pro (y que mejora bastante la experiencia), pero la app se arrastra un poco, casi acorde a ese lag que hemos experimentado, por lo que quizás sea un efecto de esa falta de optimización que parece necesitar.
Mención también a la app propia de Galería, que sigue siendo una de las más completas a nivel de edición y sobre todo de mostrar los datos de la fotografía. Podemos ver si las fotos tienen alguno de los efectos aplicados (con las cámaras traseras) y mantener la información a la vista pasando de una foto a otra.
Cámaras traseras
¿Cómo es de "smart" este nuevo móvil de Huawei cuando se trata de fotografiar? Por las fechas que estamos vamos a dar cierto toque navideño al análisis fotográfico y a hablar de los regalos que traen los Reyes Magos y el Papá Noel de la óptica del Huawei P Smart 2019: tenemos oro, plata, bronce y carbón, a ver quién se lleva qué.
Antes de repartir regalos cabe comentar que a modo global es una cámara con un rendimiento muy ajustado. Vamos a ver que sobresale en algún punto pero que en general cuenta con algunas limitaciones que hacen que no esté por encima de la de sus rivales, como una exposición y balance de blancos algo irregulares, un enfoque automático que nos la puede jugar y una sobresaturación puntual que empobrece fotografías que en realidad son salvables.
De este modo, el oro se lo damos a las macro. Un tipo de escenario en el que las cámaras suelen lucirse y ésta no es una excepción, con mención especial a un modo manual que permite al usuario tomar las riendas del enfoque por si el objeto principal tiene menos contraste cromático con el fondo o está en movimiento.
Aquí podemos hablar del HDR, que tiene un resultado algo irregular y que conviene ir usando para conocerlo bien y usarlo cuando creamos que merezca la pena (sobre todo al no tenerlo a mano). En escenas generales en exteriores con luz abundante o media no compensa, dado que a veces más que ayudar lo que hace es sacar imágenes demasiado contrastadas (aunque mejore ligeramente el rango dinámico) y que quedan muy dramáticas y artificiales. Sobre todo tiene un efecto deseado en contraluces y cuando el disparo en automático por la noche no es capaz de defenderse.
Y entrando al disparo nocturno damos el segundo regalo: la plata se la merece un modo noche que nos va a salvar la papeleta cuando los automáticos son incapaces de hacerlo y si preferimos no recurrir al manual. El detalle que saca es considerablemente mayor, si bien en ocasiones tendremos un resalte de contornos algo exagerado, pero la alternativa es un disparo en automático en el que abundan las acuarelas y la pérdida de detalle (y no compensa).
El modo noche funciona del mismo modo que vimos en anteriores smartphones de Huawei, pudiendo disparar en automático o bien ajustar la ISO y/o la velocidad de obturación. Hacerlo en automático es ir a lo seguro si aún no estamos familiarizados con la fotografía del terminal, si no nos manejamos demasiado en estos parámetros o si simplemente no queremos pararnos a calcular, pero al menos de este modo nos aseguraremos un resultado muy superior a los automáticos (eso sí, si la luz no es abundante) con un tiempo de exposición en torno a los 6 segundos y sin necesidad de trípode o apoyo.
¿A quién le damos el bronce? A los modos de desenfoque. Como hemos dicho al hablar de la app, Huawei sigue jugando la carta de los dos modos de desenfoque artificial separando el modo retrato per se de su endémico modo apertura, en esta ocasión para que el usuario haga retratos de personas o bien fotografías con desenfoque de cualquier otra cosa.
El resultado con ellos es bastante similar a lo que empezamos a ver con estos modos en su aparición, por lo que consideramos que no ha habido demasiada mejora y que está por debajo de lo esperado a nivel de resultado general (y sobre todo de recorte). Los modos de iluminación tampoco se notan demasiado y son muy erráticos (es muy difícil lograr que se apliquen), y en el modo apertura no merece la pena salirse del intervalo de apertura virtual entre F/2.0 y F/4.0, de modo que no nos la juegue en el recorte.
¿El carbón? Pero del dulce, ojo. Se lo damos a la AI, porque seguimos sin encontrar un sentido a usarla y además la identificación de escenas deja que desear, sobre todo si tenemos varias opciones (y no da opción a elegir). En la mayoría de disparos no vemos cambio de aplicarla a no hacerlo, ni siquiera con los días, y en ocasiones lo que hace es sobreexponer o sobresaturar aún más, sobre todo los rojos.
Las fotos con inteligencia artificial son además de menor resolución, como ocurre con las obtenidas con el modo pro. En automático, HDR y modos noche y desenfoque se obtienen fotografías de 4.160 x 3.120 píxeles, mientras que en modo manual y AI son de 3.264 x 2.448 píxeles.
Cámara frontal
La cámara subjetiva que rodea ese notch en forma de gota nos da los mejores resultados cuando estamos en exteriores y hay luz abundante o media indirecta. Colores realistas, nivel de contraste adecuado y buena dosis de detalle.
La nitidez baja bastante cuando baja la luz, como cabría esperar, situaciones en las que tenemos un resultado de menor calidad sobre todo por la aparición de ruido y la pérdida de definición. De noche las fotos sí tienen cierto exceso de contraste y el disparo es más lento, pero basta con tener un poco más de paciencia.
El que sí resulta bastante confuso es el modo retrato, el cual requiere que se active el bokeh estando ya dentro de la pestaña "Retrato" (lo cual no tiene demasiado sentido). En este caso al menos es más fácil acertar con los efectos de iluminación, pero el resultado y el recorte dependerán primeramente de la escena.
El modo belleza no falla y de hecho nos vendrá activado al nivel 5 de fábrica cuando abrimos el modo retrato (y puede que no caigamos hasta que vemos las fotografías y un cutis de porcelana que no se corresponde con la realidad).
Puede que en algunos escenarios notemos de nuevo cierta sobresaturación, sobre todo en tonos magentas y rojos. Y el balance de blanco nos la puede jugar, aunque ocurre en contadas ocasiones, y lo que funciona bastante bien es el enfoque automático. La inteligencia artificial de nuevo no ofrece nada que podamos valorar: mismos colores, mismo balance de blancos, mismo detalle y resultado calcado a la fotografía sin activarla.
Vídeo
Como comentábamos antes, las cámaras del Huawei P Smart 2019 son capaces de grabar en resolución de hasta 1080p, tanto las traseras como la frontal. A estas alturas ya no sería muy extraño ver que un gama media graba en 4K como lo hace entre otros el Xiaomi Mi A2, pero si no somos especialmente exigentes en este uso puede darnos para obtener algunas grabaciones aceptables.
Dependerá como siempre de la escena, sacando mejores tomas en exteriores con luz abundante. Bien a nivel de colorimetría y contraste, en estas situaciones aún no aparece demasiado ruido (salvo si hacemos zoom).
Algo que nos ha ocurrido, y que puede que tenga relación con el lag del software propio, es que a la hora de hacer zoom hay una desincronización entre el dedo y el deslizador y puede costar un poco hacerlo. Aunque teniendo en cuenta que no tenemos zoom óptico casi es mejor no tirar de él para no empobrecer la calidad.
La captura de sonido es adecuada, pero tendremos que tener cuidado de no tapar el micrófono si grabamos en horizontal. No es que esté mal ubicado, es simplemente cuestión de tenerlo en cuenta y acostumbrarse.
La cámara frontal por su parte nos ofrece también 1080p de resolución máxima. En este caso la calidad es algo más baja, pero está dentro de lo esperado.
El jack no lo es todo en cuestión de sonido
El borde inferior del Huawei P Smart trae penas y glorias en cuestión de conexiones disponibles. Es donde se ubica el altavoz de salida de audio (en mono), un microUSB (nada de USB tipo-C para los P Smart, cual Honor 7x en 2017 y Honor 8x en 2018) pero sí un minijack de 3,5 milímetros que resulta interesante para los usuarios de auriculares con esta conexión (sobre todo cuando no nos entregan ningún adaptador).
Pero hablemos primero de la salida de audio por el altavoz, porque merece algunas palabras, aunque no por sobresalir. Nos encontramos un sonido bastante pobre si comparamos la experiencia con otros móviles de precio y características aproximadas. Un sonido plano, con muy poco matiz, calidad media-baja y un rango dinámico muy reducido.
Como suele ocurrir, es recomendable no subir al máximo de volumen para salvaguardar algo más la calidad (sobre todo en casos como éste), pero al menos tiene un máximo de unos 120 decibelios según nuestras pruebas y eso no está nada mal. Eso sí, lo dicho, mucho mejor si lo subimos como mucho hasta un 70%.
Los ajustes extra para el audio los encontramos al conectar unos auriculares. La calidad ya es mayor por el hecho de recurrir a una fuente externa, ya sea un auricular inalámbrico o uno con minijack, pero veamos qué ofrece EMUI en este caso.
Dentro de los ajustes de sonido tenemos los efectos de sonido de Huawei Histen. Ahí encontramos una serie de perfiles predefinidos:
- Automático: ofrece un pequeño ajuste sobre el natural (el sonido auténtico, según define dicho perfil) que proporciona mayor nitidez y algo más de rango dinámico con respecto a éste.
- Audio 3D: nos permite seleccionar lo envolvente que queremos el sonido o si preferimos que tenga algún efecto en lo referente a la dirección y a la proximidad (simuladas).
- Natural: el sonido sin efectos por parte del software.
- Estándar: para ahorrar energía. Al seleccionarlo baja discretamente el volumen, y será el que permita usar el ecualizador o bien seleccionar el tipo de auriculares (los que se entregan no están entre los disponibles, así que no hemos podido probar ninguna de estas preconfiguraciones).
En nuestro caso, la mejor experiencia que hemos tenido ha sido con el perfil automático o bien jugando con el ecualizador y el amplificador de graves, ya que de este modo hemos podido potenciar un poco precisamente ese matiz que echamos en falta (sin lograr tampoco milagros). Así que se agradece tener alguna opción al menos para auriculares, aunque es una lástima que la audición con el altavoz resulte comparativamente pobre.
Autonomía: por el buen camino sin sobresalir
La reducción de costes y el ajuste a determinadas gamas son cierto cuello de botella en cuanto a la evolución o la estandarización de ciertos cambios y progresos, cosa que se evidencia cuando la industria tiende a actualizar un conector que representa un estándar como lo hace (o lo ha hecho) el microUSB. El Huawei P20 Lite tiene USB tipo-C, el Huawei Mate 20 Lite también, y el Honor Play, pero el Huawei P Smart 2019 mantiene el microUSB de su predecesor y de los Honor de menor gama que hemos mencionado antes.
La ventaja, si ya tenemos otros cables y accesorios para dicha conexión. La desventaja, que no tenemos un conector a la última (y cómodo). Aunque lo que más pesa es no tener carga rápida, que se nota más "por culpa" de otros móviles de la casa, precisamente.
La batería es de 3.400 miliamperios/hora, algo mayor que la del P Smart 2018 aprovechando así ese mayor volumen (y contribuyendo con algunos gramos de más). ¿Se nota esto en la experiencia? Veamos.
Durante los días que lo hemos probado nos ha dado una autonomía media de unas 21 horas, que se traduce en que los días de uso más intenso llegamos bastante justos, quizás con menos del 15%. Aunque eso sí, nos salen más de 10 horas de pantalla de media, que no están nada mal.
Salvo que hagamos un uso menos intensivo lo habitual es que** una carga completa no llegue a completar las 24 horas** o que las supere, pero tampoco se queda corto ni hace que salgamos con el cargador o la batería externa como prevención. Es bastante correcta y podemos mejorar ligeramente la autonomía si nos guiamos por los avisos de consumo o somos algo más cuidadosos con los segundos planos, el brillo o la resolución.
El tiempo de carga total es de una hora y unos 50 minutos (de 0 a 100% con el cargador entregado con el móvil). No es algo excesivo, pero se echa en falta la carga rápida del Huawei Mate 20 Pro (y también su autonomía, vaya, aunque hablamos de 4.200 mAh), si bien en 45 minutos tenemos el 50% de la batería cargada y no está nada mal.
Huawei P Smart 2019, la opinión de Xataka
El móvil sigue siendo uno de los regalos estrella en Navidades (nosotros "pecamos" de recomendar unos cuántos en nuestras listas de regalos), sobre todo cuando se trata de esos terminales cuyo objetivo principal es ganar la partida del coste, de la relación calidad-precio, ser el móvil "chollo" o ganga, el de las tres B (bueno-bonito-barato).
La clave en la gama baja es recortar al máximo y quedar a poder ser en torno o por debajo de los 100 euros, la de la gama alta es ofrecer lo máximo y lo más estético a un precio menor que los rivales "acomodados" en márgenes más altos y la de la gama media es hacer un Huawei P Smart 2018 o un Xiaomi Mi A1. Es conquistar por precio con operadores o porque el boca a boca vuelque tanto la balanza como para que las ventas se disparen.
¿Cuáles son los puntos del Huawei P Smart? ¿Qué lo hace ser una opción a tener en cuenta ante unos hermanos interesantes como el Mate 20 Lite o el P20 Lite? Que lleva lo último de la casa en procesadores de media gama, un notch y un frontal que están totalmente a la moda y que es bastante todo terreno, hablando de materiales y de una conexión que aunque solamos calificar como "antigua" sigue siendo bastante habitual (el microUSB).
La batalla la tiene complicada con otros rivales que han logrado quedarse en precios algo por debajo y que ofrecen características similares, sobre todo ya no sólo de cara a los de 2018, sino a lo que podamos ver en 2019 en líneas como la Mi A de Xiaomi o en la propia Honor. La jugada volverá a estar seguramente en los precios con operadoras, siendo una opción bastante completa al contar con doble cámara, lector de huellas, reconocimiento facial y minijack de audio.
7.8
A favor
- El diseño y la estética hacen que sea cómodo y que esté al día.
- Además es compacto, integrando una pantalla considerable que rinde muy bien a nivel de brillo, colores y nitidez.
- La lectura de huellas y el reconocimiento facial funcionan muy bien, esto último incluso en la oscuridad.
En contra
- Hay un "lag" constante que no hemos visto en otros móviles equivalentes como el Huawei P20 Lite y resulta algo molesto.
- La calidad del audio es baja, también comparativamente con otros smartphones similares.
- Las cámaras tienen un rendimiento demasiado ajustado y puede que no sean lo competitivas que se espera para un gama media de 2019.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Huawei. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia Huawei P Smart 2019, análisis: el primer candidato a superventas de 2019 aún tiene asignaturas pendientes fue publicada originalmente en Xataka por Anna Martí .
Gracias a Anna Martí
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