Publicado originalmente en Vida Extra
Tras esperar su lanzamiento con ganas, hace unos días llegaba a Steam el juego Dawn of Man, un city builder que escapa del tópico del medievo para ir mucho más atrás, hasta la prehistoria. Nuestro objetivo será llevar a un asentamiento desde el Paleolítico hasta la Edad de Hierro con todos los avances y cambios que eso supondrá para nuestra sociedad.
Por su originalidad en el planteamiento y algunas muy buenas ideas, lo que sería un juego relativamente simple acaba convirtiéndose en un pozo de horas del que es difícil escapar. Una vuelta de tuerca al género que, sin embargo, peca de poca ambición en su lanzamiento.
El city builder prehistórico
Con distintos niveles y desafíos bajo el brazo que modifican la dificultad o la época en la que empiezas tu campaña, el camino habitual suele ser plantarte en una zona del escenario a tu elección con apenas un par de tiendas, un puñado de aldeanos y la necesidad de empezar a crecer antes de que llegue el invierno.
Tu primer objetivo será lo básico: crear un puesto para fabricar herramientas y conseguir los materiales necesarios para facilitar tus tareas habituales. Así, lo que al inicio es recoger palos y piedras, no tarda en convertirse en talar árboles y crear minas de extracción. De tu buen hacer en ese punto depende en gran parte todo lo que vendrá después, por lo que es más que recomendable abrazar una de las mejores ideas de Dawn of Man: cómo gestiona los automatismos.
La idea es que puedas marcar un área en el mapa y seleccionarla como zona de trabajo para una tarea concreta: aquí recogerán bayas, aquí cazarán, aquí extraerán barro... La posibilidad de añadir límites de producción y hasta cinco aldeanos a esa tarea, facilita que la obtención de recursos sea tan controlable como despreocupante.
El objetivo es crear una maquinaria lo mejor engrasada posible para que, aprovechando la llegada de nuevos aldeanos que se suman a tu campamento, puedas ir añadiendo cada vez más trabajos siguiendo la evolución que piden los cambios de época. Con la llegada de las más avanzadas, lo que antes era crear un arpón de madera con un único recurso, luego se convierte en una caña de pescar que requiere de palos y piedras, pero también de de hilo de lino que previamente habrás cosechado en la estación adecuada.
Buenas ideas muy bien ejecutadas
Jugando con la idea de intentar perseguir ese realismo, cada estación del año requiere de cuidados específicos no sólo en las plantaciones. Para cuando llegue el invierno, las cosechas habrán caído y el número de animales disponibles se habrá reducido drásticamente, así que será mejor que tengas casas y ropas de abrigo para tus aldeanos, establos para tus animales y comida para todos ellos.
Con un sistema de puntuación por estrellas, las nuevas tecnologías van convirtiendo herramientas rudimentarias en opciones mucho más ágiles y eficaces, especialmente cuando las necesidades de tu poblado giran en torno a la caza y la defensa. Buscar presas heridas o jóvenes siempre es más recomendable que lanzarte a la caza de un mamut sin las herramientas adecuadas y, de la misma forma, saltar a la edad de bronce sin las armas o defensas pertinentes puede suponer que asaltantes reduzcan tu poblado a cenizas.
El árbol evolutivo y de tecnologías funciona a base de puntos que irás adquiriendo conforme avanza el juego. Cosas como cazar la primera especie de un animal o sobrevivir al invierno hacen que los primeros compases del poblado sean muy ágiles y entretenidos. Despertarás con un par de chozas y a los pocos minutos ya tendrás por allí perros defendiendo el asentamiento y estructuras con las que honrar a los muertos y controlar la moral de tu pueblo.
Un entretenido planteamiento centrado en la evolución y la expansión que se apoya constantemente en la supervivencia y control de recursos. Si cazas en una zona concreta, los animales dejarán de pasar por allí con asiduidad. Si agotas los recursos de un río, deberás buscar otra zona en la que pescar o esperar a que se repongan. La clave está en buscar un equilibrio sostenible para que, con un poco de maña, pronto puedas valerte de recursos propios en vez de ir en su búsqueda más allá de las montañas.
La majestuosidad y futuro de un mamut
Lamentablemente el entusiasmo inicial de Dawn of Man dura poco. Las horas justas para llegar a edades avanzadas y ver cómo el juego se desbalancea de forma exagerada. Lo que en cierto punto suponía tener que enfrentarte a un oso por tener algo que llevarte a la boca, pronto se convierte en ingentes cantidades de comida que rebosa por todos lados. Lo que parecía un salto evolutivo notable con la creación de murallas, no tarda en revelarse como un añadido completamente inútil frente a los asaltantes en el que has invertido mucho tiempo y recursos.
Lo más frustrante es, por increíble que parezca, cogerle el truco al juego, alcanzar ese punto en el que la aldea funciona como un reloj suizo y que, a base de automatismos, tu único trabajo sea ver cómo los puntos de evolución van llegando con cuentagotas hasta conseguir los 20 que necesitas para seguir creciendo.
Pese a una muy cuidada interfaz, Dawn of Man se olvida de acciones tan básicas como la selección de grupos o la posibilidad de escalonar tareas. Si bien los aldeanos son conscientes de la importancia de ciertas acciones para priorizarlas, pronto verás cómo ciertos recursos con distintos usos acaban siendo empleados en funciones muy secundarias en vez de aprovecharlos para necesidades de vida o muerte.
Que en edades avanzadas gran parte de las evoluciones sean anecdóticas o inferiores en número, sólo consigue que esos últimos compases se hagan muy cuesta arriba, evitando mantener ocupado al jugador y viéndote obligado retocar un par de detalles aquí o allá entre periodos de tiempo que se alargan varios minutos.
La opinión de VidaExtra
Dawn of Man peca de haber querido llegar con lo justo y apoyarse en los modders para ampliar la experiencia. Allí, de la mano de ideas como poblados que empiezas en solitario convirtiendo el proceso inicial en algo mucho más duro, está la gran esperanza del juego a corto plazo. Una necesidad que dificultades adicionales o modos más relajados no consiguen suplir.
Original en su propuesta y muy correcto en su ejecución, Dawn of Man encandilará durante las primeras horas a todo el que esté dispuesto a darle una oportunidad, pero demostrará ser como un mamut un tiempo después. Majestuoso a primera vista, pero con un futuro preocupante por delante.
Dawn of Man
Plataformas | PC |
---|---|
Multijugador | No |
Desarrollador | Madruga Works |
Compañía | Madruga Works |
Lanzamiento | Ya disponible |
Precio | 17,84 euros |
Lo mejor
- Muy original en su planteamiento
- Mecánicas de gestión muy útiles
- Intenso y divertido durante las primeras horas
Lo peor
- Lento y aburrido durante las últimas horas
- Parco en opciones de selección
- Árbol evolutivo con pocas ideas
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